Jacob Barnett fue diagnosticado
con autismo grave con apenas 2 años y los expertos dijeron que tal vez
nunca podría leer o atarse los zapatos. A sus 14 años, el joven Barnett
estudia un doctorado en física cuántica.
Desde que fue diagnosticado, Jacob Barnett -Jake, para los amigos- no volvió a hablar.
Fueron largas las horas que pasaba Jacob en casa rodeado de expertos en educación especial que le guiaban en una suerte de terapia interminable con estrictos ejercicios, centrados en desarrollar sus habilidades más básicas, para sacar al niño de lo que se creía era una enfermedad que le marcaría toda la vida.
"Cuando Jacob volvió a hablar, lo hizo en cuatro idiomas", aseguró su madre, Kristine Barnett en una entrevista con la BBC.
Entonces, Barnett ya se había dado cuenta del talento especial de su hijo.
Desde pequeño, cuenta Kristine Barnett, "memorizaba cada calle de las ciudades donde íbamos de viaje y luego recreaba los planos en el suelo de nuestra casa con bastoncillos".
"Jacob memorizaba cada calle de las ciudades donde íbamos de viaje y luego recreaba los planos en el suelo de nuestra casa con bastoncillos"
Kristine Barnett, madre de Jacob.
Una vez superó la barrera del habla a los 4 años, Jacob comenzó un sobresaliente aprendizaje que lo llevaría a la Universidad con apenas 11 años.
Un año después ya recibía un sueldo como investigador de física cuántica y ayudaba a alumnos de la Universidad en sus trabajos como "profesor adjunto".
Ahora, a sus 14 años, este estudiante de la Universidad de Indiana está cursando un doctorado en física cuántica "de la mano de su tutor", como concreta el joven a la BBC.
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BBC Ciencia