El recorrido en zigzag de los rayos tiene sus orígenes en procesos que aún no se comprenden del todo.
Comienza con fuertes corrientes de aire ascendentes que crean una carga eléctrica estática a través de un efecto de fricción, parecido al que se obtiene al restregar un globo sobre un tejido.
Esta carga genera un campo eléctrico que acelera a los electrones libres del aire circundante, haciéndolos chocar contra las moléculas cercanas, y, de esta forma, liberando aún más electrones.
Si son lo suficientemente violentas, estas colisiones hacen que el aire bajo la nube se convierta en conductor, lo que permite el paso de la corriente eléctrica.
Esto calienta el aire hasta alrededor de los 30.000º C, desencadenando el característico rayo de luz que sigue el zigzag que forman las colisiones.
Ese calor además causa una repentina expansión del aire, que suena como el trueno.
Fuente:
BBC Ciencia