En cierto sentido, sí. La memoria depende de la formación de nuevas
conexiones neuronales, y el cerebro tiene un número finito de neuronas y
un espacio limitado donde añadir nuevas conexiones entre ellas. Sin
embargo, en otro sentido, un cerebro sano puede no dejar nunca de
aprender.
En realidad "la memoria" como tal no existe.
Cuando recordamos un hecho o un acontecimiento que nos pasó, participan
muchas redes de células interconectadas. A veces, si no podemos recordar
un hecho por una sola vía, podemos traerlo a la mente de otra forma por
medio de conexiones diferentes.
A medida que envejecemos, y cada vez tenemos más
cosas para recordar, las conexiones se vuelven más complejas. Cuando
nuestro cerebro está sobrecargado las mismas neuronas se utilizan para
varios recuerdos de maneras muy flexibles.
Así que podemos llegar a ser más propensos a
confundir los acontecimientos, o tener otras dificultades para recordar,
pero en realidad no podemos decir que nos quedemos "sin memoria".
Fuente:
BBC Ciencia