Uniría más de mil kilómetros de distancia entre la isla islandesa y Escocia y varios puntos del continente europeo.
En el camino para salir de la crisis financiera que llevó
al país al colapso en 2008 Islandia se ofrece como país exportador de
energía verde. El proyecto para conectar su red eléctrica con Escocia, primero, y la Europa continental en un segundo paso,
sigue adelante, según explicó a ABC Magnus Thor Gylfason, portavoz de
la compañía promotora de la iniciativa, Landsvirkjun, propiedad del
Estado islandés y que genera el 75% de toda la electricidad utilizada en
el país. La electricidad de Islandia procede en su totalidad de fuentes
renovables (hidroeléctrica y geotermia).
Según la empresa, entre los potenciales países de llegada de la electricidad se barajan Reino Unido, Holanda, Noruega y Alemania. Se trataría del mayor cable energético submarino jamás construido, entre 1.200 y 1.900 kilómetros en función del país de destino.
En la actualidad, el cable energético submarino más largo lleva
electricidad desde Noruega a Holanda a lo largo de 580 kilómetros.
Aunque «el Gobierno no ha tomado ninguna decisión» al
respecto «ni lo hará antes de 2014», según cuenta Arni Finnsson, de la
asociación Iceland Nature Conservation, el estudio sobre esta propuesta
continúa y el pasado martes 26 de febrero tuvo lugar una reunión del
comité asesor para esta iniciativa, formado por representantes de todos
los partidos políticos presentes en el Parlamento de Islandia y de las
diversas partes interesadas, como la Confederación del Trabajo, la
federación de la industria eléctrica o las organizaciones ecologistas.
Tras ese encuentro, el presidente de dicho grupo asesor,
Gunnar Tryggvason, dijo a este periódico que «aún quedan muchas
cuestiones por responder», por lo que se ha encargado al comité un
informe que deberá estar listo para presentar al ministro antes del 15
de mayo. Por su parte, Hordur Arnarson, presidente ejecutivo de la
compañía Landsvirkjun, decía hace unos días a «The New York Times» que
este proyecto «es muy prometedor. Tenemos un montón de electricidad para
las pocas personas que viven en Islandia. En comparación con el resto
del mundo producimos mucha más energía per cápita y es normal considerar
nuestra conexión con otros mercados».
El potencial de la geotermia
En un país con solo 320.000 habitantes, Landsvirkjun vende
el 17 por ciento de la electricidad a los hogares y la industria local.
El resto va principalmente a las fundiciones de aluminio, propiedad del
gigante estadounidense Alcoa y otras empresas extranjeras que han sido
atraídas a esta remota isla del Atlántico Norte por su abundante oferta
de energía barata. Aunque lo que Landsvirkjun cobra a las fundiciones
norteamericanas es un secreto (The New York Times baraja una cifra media
de unos 30 dólares por megavatio/hora), la compañía islandesa promete ofrecer los precios más competitivos de Europa explotando su enorme potencial de energía geotérmica.
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ABC Ciencia