Las tentaciones relacionadas con el trabajo o con la diversión
son a las que más nos cuesta decir "no". Concretamente, un estudio de
la Universidad de Chicago (EE UU) demuestra que los impulsos a los que
más cuesta resistirse a un ser humano tienen que ver con la necesidad de mirar el móvil, tumbarse en el sofá, consultar el correo electrónico para ver si hay un nuevo asunto de trabajo o echarle un vistazo a las actualizaciones de las redes sociales, entre ellas Twitter.
El mismo estudio muestra que los deseos que sentimos los seres humanos con más intensidad son los que afectan a la necesidad de dormir y al sexo. Y el tabaco y el alcohol, a pesar de ser adictivos, nos generan un deseo mucho más débil.
En cuanto a los más problemáticos, sorprendentemente para los
investigadores fueron el sueño y el ocio, o lo que es lo mismo, la lucha
entre “la inclinación natural a descansar y a relajarse y la tensión
permanente que generan el trabajo y las obligaciones de la vida
cotidiana”, aclara Wilhelm Hofmann, coautor del estudio que publicaba la
revista Psychological Science.
El equilibrio entre el deseo y las tentaciones y el autocontrol
es especialmente difícil cuando flaquea la fuerza de voluntad. En esos
momentos, es como si “todo en la vida aumentara de volumen”, dice Roy
Baumeister, coautor del estudio. Es decir, las cosas que nos tientan
destacan más cuando nos falta voluntad. Además, cuanto más frecuente y
reciente sea la resistencia que ha puesto una persona para vencer un
deseo, menos éxito tendrá para resistir cualquier otro posterior.
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