Avram Noam Chomsky,
nacido el 7 de diciembre de 1928 en Filadelfia, Estados Unidos, es un
profesor emérito de Lingüística en el Massachusetts Institute of
Technology (MIT), y una de las figuras más destacadas de la lingüística
del siglo XX, con grandes aportaciones en el campo de la informática.
Comenzó a estudiar lingüística siguiendo
a su padre, especialista en la lingüística histórica del hebreo.
Estudió en la Universidad de Pensilvania, donde se doctoró en 1955 con
una tesis sobre el análisis transformacional, tras lo cual, pasó a
formar parte del equipo docente del MIT, donde es profesor desde el año
1961.
Además de
un lingüista excepcional, también es conocido por su faceta de
comprometido activista político, siendo uno de los intelectuales
estadounidenses más conocidos y mejor valorados en el exterior, si bien
lo es menos en su propio país, donde sólo los integrantes de los
círculos más liberales, situados en una izquierda no edulcorada, conocen
este aspecto suyo.
Entre su contribución científica podemos
destacar una aportación fundamental a la lingüística moderna,
consistente en la formulación teórica y el desarrollo del concepto de
gramática transformacional o generativa. Este concepto ya había sido
apuntado a principios de los años 50, cuando Zellig Harris
inició una serie de estudios que llevaron a la creación de técnicas
para el análisis científico del significado, dando origen a una
verdadera revolución en el campo de la lingüística. Chomsky, discípulo
de Harris en ese momento, incorpora el concepto de transformación a la
lingüística, apartándose del estructuralismo y del conductismo
imperantes hasta entonces. Este nuevo concepto de transformación se
convirtió en una potente herramienta descriptiva y analítica.
Por otra parte, apartándose de los
métodos tradicionales, básicamente descriptivos, Chomsky también
pretende conseguir que la lingüistica siga rigurosamente el método
científico, con teorías y predicciones falsables, mediante la búsqueda
de los principios explicativos de su evolución; y de esta forma pase a
ser una ciencia con objetivos propios, y no meramente una técnica al
servicio de otras disciplinas.
Para ello, parte de las similitudes
entre lenguas, más que en las diferencias, centrándose inicialmente en
unas pocas lenguas bien conocidas para explicar su funcionamiento, con
el convencimiento de que lo que caracteriza a la ciencia es la búsqueda
de soluciones y respuestas para los problemas.
Como resultado de todo ello, Chomsky
sostiene la existencia de una gramática universal, integrada en el
patrimonio genético de los seres humanos, que ya desde su nacimiento
disponen de un patrón al que se adaptan las diferentes lenguas
existentes. Este acerbo genético es propio de la especie humana, y queda
evidenciado por el uso corriente del lenguaje. Prueba de ello es la
habilidad con la que los niños aprenden una lengua aún poseyendo una
escasa experiencia externa, y careciendo en el momento del aprendizaje
de un marco de referencia en el cual basar su comprensión, lo que es un
potente indicio de que estas capacidades son innatas.
Por su trabajo, obtuvo el doctorado en
1955. En su tesis doctoral desarrolló sus ideas en lingüística, que
completó posteriormente en su libro “Estructuras sintácticas”, su
trabajo más conocido en este campo. Sus planteamientos lingüísticos han
revolucionado muchos puntos clave del estudio del lenguaje humano, que
se han visto plasmados en la Teoría de la Gramática Transformacional y
Generativa.
En esta teoría, sostiene que el análisis
estructural se extiende más allá de la oración creando fórmulas, que
denomina transformaciones, con el objeto de abarcar las relaciones
lingüísticas sistemáticas de diferentes tipos de oraciones. La principal
novedad consiste en distinguir dos niveles diferentes en el análisis de
las oraciones. En primer lugar la «estructura profunda», conjunto de
reglas de gran generalidad a partir de las cuales se «genera», mediante
una serie de reglas de transformación; y la «estructura superficial» de
la frase.
En cuanto a la relación de Chomsky con
la informática proviene de sus enormes aportaciones a la Teoría de
Autómatas y al estudio de los lenguajes formales, donde sus ideas se
aplican a la perfección. Dichas aportaciones han resultado elementos
indispensables para la construcción de compiladores y traductores que
puedan servir de intérpretes válidos entre las órdenes que dan los seres
humanos y su correcta recepción y aplicación por máquinas automáticas.
Puede decirse que el papel desempeñado por Chomsky ha resultado crucial
en este importante campo, pues fue imprescindible para dar el siguiente
paso tras los primeros computadores, el ENIAC o el propio ACE de Turing,
programados directamente en código binario, de forma que a mediados de
1954 ya influyó en la especificación del borrador The IBM Mathematical Formula Translating System, origen del lenguaje Fortran, y también John Backus adoptó sus reglas para describir la sintaxis de Algol, origen de la notación Backus-Naur.
De esta forma, la Jerarquía de Chomsky, establecida en 1956 en su obra “Three models for the description of language”
se ha convertido en un importante elemento de la Informática Teórica.
En ella podemos encontrar una clasificación de los lenguajes formales,
más fáciles de estudiar que los naturales, puesto que no admiten
excepciones de ningún tipo a las reglas constitutivas que los definen.
Dicha clasificación divídía a estos lenguajes en tres niveles,
posteriormente aumentados a cuatro, cada uno de ellos incluyendo a los
anteriores, que son:
- Lenguajes regulares.
- Lenguajes independientes o libres del contexto.
- Lenguajes sensibles al contexto, que no aparecía en la jerarquía inicial.
- Lenguajes recursivamente enumerables.
Curiosamente, esta descripción encajaba
con la de los dispositivos automáticos de cómputo existentes hasta la
fecha, así, los lenguajes regulares corresponden al concepto de Autómata
Finito, estudiado por Claude Shannon, los lenguajes libres del contexto
al autómata dotado de una sencilla pila de memoria, mientras que el
concepto de lenguaje recursivamente enumerable coincide exactamente con
los lenguajes que pueden ser reconocidos por una Máquina de Turing.
También el nivel de los lenguajes sensibles al contexto, que aparece
posteriormente, tiene su dispositivo equivalente, que es una máquina de
Turing con una cantidad de memoria acotada en función del tamaño de la
palabra a reconocer. Al propio Chomsky se le debe la demostración de la
equivalencia entre los lenguajes definidos por su gramática general con
los lenguajes que pueden ser reconocidos por una Máquina de Turing,
publicada en su artículo aparecido en la revista Information and Control “On certain formal properties of grammars“, en el año 1959, con lo que se abría un nuevo horizonte de estudio no imaginado originalmente por Turing.
Dentro de la informática, los lenguajes
regulares son los encargados de describir los componentes básicos de los
programas, las palabras reservadas, los identificadores, y las
expresiones en general, es decir los componentes léxicos del lenguaje.
Por el contrario, los lenguejes libres del contexto, o más bien un
subconjunto de ellos, son la base del análisis sintáctico, también de
los programas, y la comprobación de que está libre de errores, así como
del proceso de traducción a órdenes inteligibles por el computador.
Finalmente, los lenguajes sensibles al contexto y recursivamente
enumerables se estudian en la Teoría de la Computabilidad, donde se
analizan las propiedades de los problemas resolubles de manera
algorítmica.
Para
Chomsky, y así ha quedado en la Teoría Informática, una gramática
formal es una estructura matemática, consistente en un conjunto de
reglas que definen la forma de construir todas y cada una de las
cadenas de caracteres que componen un determinado lenguaje. A dichas
cadenas formadas según las reglas de la gramática formal se les llama
sentencias, y el conjunto de todas las sentencias constituye el
lenguaje. Debemos notar que en este proceso no se describe el
significado de dichas sentencias, sino únicamente su forma, de ahí el
calificativo de “formal”. Además de este conjunto de reglas, la
descripción de una gramática formal se completa con dos conjuntos de
símbolos, denominados alfabetos, uno el de los caracteres que conforman
las sentencias propias del lenguaje, denominado alfabeto terminal, y
otro constituido por una serie de símbolos auxiliares, o variables,
usados durante el proceso de cómputo y que no aparecen en las sentencias
válidas del lenguaje, sino únicamente durante los pasos intermedios;.
es por ello que a este alfabeto se le denomina no terminal. Para
finalizar, al conjunto de reglas y a estos dos alfabetos se añade un
símbolo especial, denominado axioma, que sirve para dar comienzo a la
construcción de cualquier sentencia, y que pertenece al alfabeto no
terminal. Estos cuatro componentes son los que describen toda gramática
formal. En la ilustración se muestra un ejemplo de gramática que genera
las cadenas binarias.
Además de por sus contribuciones
científicas, tanto referentes a la lingüistica como a la Informática,
Chomsky también es ampliamente conocido por sus tareas de activismo
político, desarrolladas principalmente en los Estados Unidos, pero que
afectan a casi todos los rincones del planeta.
Este activismo político se inició con la
movilización popular contra la Guerra del Vietnam. En ella analizó el
papel del mundo académico en la implicación de Estados Unidos en la
guerra, destacando el artículo “La responsabilidad de los intelectuales”
publicado en 1967. Desde entonces ha sido muy conocido por sus ideas
políticas, situadas en una izquierda política, más bien anarquista, y
por su lucha por superar el déficit democrático existente, tanto en
Estados Unidos como en el resto de los países autodenominados
democráticos, y que se plasma en la enorme distancia existente entre las
decisiones políticas y la opinión pública, así como en denunciar las
ambiciones imperialistas del gobierno norteamericano en el resto del
mundo.
Aún
considerándose a sí mismo un anarquista, Chomsky no se opone a la
política electoral, y como estrategia suele proponer el voto a los
demócratas locales si existe riesgo de victoria republicana, mientras
que suele apoyar candidaturas más a la izquierda como los verdes, bien
cuando se descarta aquella, o en ocasiones en que es inevitable. En
España ha mostrado su fuerte apoyo a los movimientos de indignados
surgidos a partir del 15 de mayo de 2011, conocidos como movimiento
15-M, coincidiendo con sus demandas de una auténtica democracia real,
por lo que ha escrito el prólogo del libro “Hay Alternativas“.
Siendo judío, se define a sí mismo como
sionista, y ha declarado su admiración y adhesión al kibbutz como una
forma social alternativa; si bien su concepto de sionismo es tan
peculiar que le ha valido el ser admirado por los simpatizantes
palestinos y a ser muy denostado por los israelíes, siendo calificado
por estos como antisionista, pues señala que desde hace años la
maquinaria militar israelí junto a EE.UU. vienen realizando
sistemáticamente acciones violentas al margen de las leyes
internacionales, llegando a calificar a ambos estados como terroristas.
Actualmente se le considera como una de
las principales figuras de la política radical norteamericana, y además,
junto a José Saramago, Eduardo Galeano o Leonardo Boff, uno de los
referentes de la intelectualidad de la izquierda mundial, si bien en
este ámbito, y al contrario de su actividad científica, sus aportaciones
no han sido tan relevantes, no pudiendo ser catalogado como un teórico
de la política, sino más bien como un científico bien informado que
mantiene una actitud muy crítica con el poder.
En ese sentido, podríamos considerar que
su mayor aportación en este terreno ha sido su análisis de los medios
de comunicación, donde con carácter general aparecen enfoques sesgados, o
incluso directamente engaños, y que existen detrás de su supuesta
neutralidad, hasta en los medios más prestigiosos. Es por eso que ha
acuñando la frase: “La propaganda es en la democracia lo que la porra en
un estado totalitario”. En su libro de 1988 Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media explora esta situación de manera detallada, siendo un resumen de su contenido las 10 estrategias de la manipulación mediática, redactadas por Sylvain Timsit en 2002, y que compendian el pensamiento de Chomsky.
Así
pues, su denuncia de la política exterior de Estados Unidos, las
deficiencias democráticas en su funcionamiento interno, y la
manipulación de las corporaciones de los medios de comunicación han
hecho a este intelectual poner en cuestión los pilares donde descansa el
fuerte nacionalismo norteamericano, lo que le ha llevado, a pesar de su
gran prestigio internacional, tanto por su actividad científica como
por sus ideas políticas, a ser un desconocido en su propio país,
ignorado por los grandes medios de carácter general.
Fernando Cuartero
Una versión un poco más reducida de este artículo ha sido publicada en el Blog de El País dedicado a conmemorar el año de Turing.
Fuente:
Hablando de Ciencia