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28 de noviembre de 2012

Noam Chomsky. La lingüistica, la informática y el activismo


Avram Noam Chomsky, nacido el 7 de diciembre de 1928 en Filadelfia, Estados Unidos, es un profesor emérito de Lingüística en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX, con grandes aportaciones en el campo de la informática.

Comenzó a estudiar lingüística siguiendo a su padre, especialista en la lingüística histórica del hebreo. Estudió en la Universidad de Pensilvania, donde se doctoró en 1955 con una tesis sobre el análisis transformacional, tras lo cual, pasó a formar parte del equipo docente del MIT, donde es profesor desde el año 1961.

Además de un lingüista excepcional, también es conocido por su faceta de comprometido activista político, siendo uno de los intelectuales estadounidenses más conocidos y mejor valorados en el exterior, si bien lo es menos en su propio país, donde sólo los integrantes de los círculos más liberales, situados en una izquierda no edulcorada, conocen este aspecto suyo.

Entre su contribución científica podemos destacar una aportación fundamental a la lingüística moderna, consistente en la formulación teórica y el desarrollo del concepto de gramática transformacional o generativa. Este concepto ya había sido apuntado a principios de los años 50, cuando Zellig Harris inició una serie de estudios que llevaron a la creación de técnicas para el análisis científico del significado, dando origen a una verdadera revolución en el campo de la lingüística. Chomsky, discípulo de Harris en ese momento, incorpora el concepto de transformación a la lingüística, apartándose del estructuralismo y del conductismo imperantes hasta entonces. Este nuevo concepto de transformación se convirtió en una  potente  herramienta descriptiva y analítica.

Por otra parte, apartándose de los métodos tradicionales, básicamente descriptivos, Chomsky también pretende conseguir que la lingüistica siga rigurosamente el método científico, con teorías y predicciones falsables, mediante la búsqueda de los principios explicativos de su evolución; y de esta forma pase a ser una ciencia con objetivos propios, y no meramente una técnica al servicio de otras disciplinas.

Para ello, parte de las similitudes entre lenguas, más que en las diferencias, centrándose inicialmente en unas pocas lenguas bien conocidas para explicar su funcionamiento, con el convencimiento de que lo que caracteriza a la ciencia es la búsqueda de soluciones y respuestas para los problemas.

Como resultado de todo ello, Chomsky sostiene la existencia de una gramática universal, integrada en el patrimonio genético de los seres humanos, que ya desde su nacimiento disponen de un patrón al que se adaptan las diferentes lenguas existentes. Este acerbo genético es propio de la especie humana, y queda evidenciado por el uso corriente del lenguaje. Prueba de ello es la habilidad con la que los niños aprenden una lengua aún poseyendo una escasa experiencia externa, y careciendo en el momento del aprendizaje de un marco de referencia en el cual basar su comprensión, lo que es un potente indicio de que estas capacidades son innatas.
Por su trabajo, obtuvo el doctorado en 1955. En su tesis doctoral desarrolló sus ideas en lingüística, que completó posteriormente en su libro “Estructuras sintácticas”, su trabajo más conocido en este campo. Sus planteamientos lingüísticos han revolucionado muchos puntos clave del estudio del lenguaje humano, que se han visto plasmados en la Teoría de la Gramática Transformacional y Generativa.

En esta teoría, sostiene que el análisis estructural se extiende más allá de la oración creando fórmulas, que denomina transformaciones, con el objeto de abarcar las relaciones lingüísticas sistemáticas de diferentes tipos de oraciones. La principal novedad consiste en distinguir dos niveles diferentes en el análisis de las oraciones. En primer lugar la «estructura profunda», conjunto de reglas de gran generalidad a partir de las cuales se «genera», mediante una serie de reglas de transformación; y la «estructura superficial» de la frase.

En cuanto a la relación de Chomsky con la informática proviene de sus enormes aportaciones a la Teoría de Autómatas y al estudio de los lenguajes formales, donde sus ideas se aplican a la perfección. Dichas aportaciones han resultado elementos indispensables para la construcción de compiladores y traductores que puedan servir de intérpretes válidos entre las órdenes que dan los seres humanos y su correcta recepción y aplicación por máquinas automáticas. Puede decirse que el papel desempeñado por Chomsky ha resultado crucial en este importante campo, pues fue imprescindible para dar el siguiente paso tras los primeros computadores, el ENIAC o el propio ACE de Turing, programados directamente en código binario, de forma que a mediados de 1954 ya influyó en la especificación del borrador The IBM Mathematical Formula Translating System, origen del lenguaje Fortran, y también John Backus adoptó sus reglas para describir la sintaxis de Algol, origen de la notación Backus-Naur.



De esta forma, la Jerarquía de Chomsky, establecida en 1956 en su obra “Three models for the description of language” se ha convertido en un importante elemento de la Informática Teórica. En ella podemos encontrar una clasificación de los lenguajes formales, más fáciles de estudiar que los naturales, puesto que no admiten excepciones de ningún tipo a las reglas constitutivas que los definen. Dicha clasificación divídía a estos lenguajes en tres niveles, posteriormente aumentados a cuatro, cada uno de ellos incluyendo a los anteriores, que son:
  1. Lenguajes regulares.
  2. Lenguajes independientes o libres del contexto.
  3. Lenguajes sensibles al contexto, que no aparecía en la jerarquía inicial.
  4. Lenguajes recursivamente enumerables.
Curiosamente, esta descripción encajaba con la de los dispositivos automáticos de cómputo existentes hasta la fecha, así, los lenguajes regulares corresponden al concepto de Autómata Finito, estudiado por Claude Shannon, los lenguajes libres del contexto al autómata dotado de una sencilla pila de memoria, mientras que el concepto de lenguaje recursivamente enumerable coincide exactamente con los lenguajes que pueden ser reconocidos por una Máquina de Turing. También el nivel de los lenguajes sensibles al contexto, que aparece posteriormente, tiene su dispositivo equivalente, que es una máquina de Turing con una cantidad de memoria acotada en función del tamaño de la palabra a reconocer. Al propio Chomsky se le debe la demostración de la equivalencia entre los lenguajes definidos por su gramática general con los lenguajes que pueden ser reconocidos por una Máquina de Turing, publicada en su artículo aparecido en la revista Information and Control On certain formal properties of grammars“, en el año 1959, con lo que se abría un nuevo horizonte de estudio no imaginado originalmente por Turing.

Dentro de la informática, los lenguajes regulares son los encargados de describir los componentes básicos de los programas, las palabras reservadas, los identificadores, y las expresiones en general, es decir los componentes léxicos del lenguaje. Por el contrario, los lenguejes libres del contexto, o más bien un subconjunto de ellos, son la base del análisis sintáctico, también de los programas, y la comprobación de que está libre de errores, así como del proceso de traducción a órdenes inteligibles por el computador. Finalmente, los lenguajes sensibles al contexto y recursivamente enumerables se estudian en la Teoría de la Computabilidad, donde se analizan las propiedades de los problemas resolubles de manera algorítmica.

Gramática de números binarios 
Para Chomsky, y así ha quedado en la Teoría Informática, una gramática formal es una estructura matemática, consistente en un conjunto de reglas que definen la forma de construir  todas y cada una de las cadenas de caracteres que componen un determinado lenguaje. A dichas cadenas formadas según las reglas de la gramática formal se les llama sentencias, y el conjunto de todas las sentencias constituye el lenguaje. Debemos notar que en este proceso no se describe el significado de dichas sentencias, sino únicamente su forma, de ahí el calificativo de “formal”. Además de este conjunto de reglas, la descripción de una gramática formal se completa con dos conjuntos de símbolos, denominados alfabetos, uno el de los caracteres que conforman las sentencias propias del lenguaje, denominado alfabeto terminal, y otro constituido por una serie de símbolos auxiliares, o variables, usados durante el proceso de cómputo y que no aparecen en las sentencias válidas del lenguaje, sino únicamente durante los pasos intermedios;. es por ello que a este alfabeto se le denomina no terminal. Para finalizar, al conjunto de reglas y a estos dos alfabetos se añade un símbolo especial, denominado axioma, que sirve para dar comienzo a la construcción de cualquier sentencia, y que pertenece al alfabeto no terminal. Estos cuatro componentes son los que describen toda gramática formal. En la ilustración se muestra un ejemplo de gramática que genera las cadenas binarias.

Además de por sus contribuciones científicas, tanto referentes a la lingüistica como a la Informática, Chomsky también es ampliamente conocido por sus tareas de activismo político, desarrolladas principalmente en los Estados Unidos, pero que afectan a casi todos los rincones del planeta.

Este activismo político se inició con la movilización popular contra la Guerra del Vietnam. En ella  analizó el papel del mundo académico en la implicación de Estados Unidos en la guerra, destacando el artículo “La responsabilidad de los intelectuales” publicado en 1967. Desde entonces ha sido muy conocido por sus ideas políticas, situadas en una izquierda política, más bien anarquista, y por su lucha por superar el déficit democrático existente, tanto en Estados Unidos como en el resto de los países autodenominados democráticos, y que se plasma en la enorme distancia existente entre las decisiones políticas y la opinión pública, así como en denunciar las ambiciones imperialistas del gobierno norteamericano en el resto del mundo.

 

Aún considerándose a sí mismo un anarquista, Chomsky no se opone a la política electoral, y como estrategia suele proponer el voto a los demócratas locales si existe riesgo de victoria republicana, mientras que suele apoyar candidaturas más a la izquierda como los verdes, bien cuando se descarta aquella, o en ocasiones en que es inevitable. En España ha mostrado su fuerte apoyo a los movimientos de indignados surgidos a partir del 15 de mayo de 2011, conocidos como movimiento 15-M, coincidiendo con sus demandas de una auténtica democracia real, por lo que ha escrito el prólogo del libro “Hay Alternativas“.

Siendo judío, se define a sí mismo como sionista, y ha declarado su admiración y adhesión al kibbutz como una forma social alternativa; si bien su concepto de sionismo es tan peculiar que le ha valido el ser admirado por los simpatizantes palestinos y a ser muy denostado por los israelíes, siendo calificado por estos como antisionista, pues señala que desde hace años la maquinaria militar israelí junto a EE.UU. vienen realizando sistemáticamente acciones violentas al margen de las leyes internacionales, llegando a calificar a ambos estados como terroristas.

Actualmente se le considera como una de las principales figuras de la política radical norteamericana, y además, junto a José Saramago, Eduardo Galeano o Leonardo Boff, uno de los referentes de la intelectualidad de la izquierda mundial, si bien en este ámbito, y al contrario de su actividad científica, sus aportaciones no han sido tan relevantes, no pudiendo ser catalogado como un teórico de la política, sino más bien como un científico bien informado que mantiene una actitud muy crítica con el poder.
En ese sentido, podríamos considerar que su mayor aportación en este terreno ha sido su análisis de los medios de comunicación, donde con carácter general aparecen enfoques sesgados, o incluso directamente engaños, y que existen detrás de su supuesta neutralidad, hasta en los medios más prestigiosos. Es por eso que ha acuñando la frase: “La propaganda es en la democracia lo que la porra en un estado totalitario”. En su libro de 1988  Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media explora esta situación de manera detallada, siendo un resumen de su contenido las 10 estrategias de la manipulación mediática, redactadas por Sylvain Timsit en 2002, y que compendian el pensamiento de Chomsky.

 

Así pues, su denuncia de la política exterior de Estados Unidos,  las deficiencias democráticas en su funcionamiento interno, y la manipulación de las corporaciones de los medios de  comunicación han hecho a este intelectual poner en cuestión los pilares donde descansa el fuerte nacionalismo norteamericano, lo que le ha llevado, a pesar de su gran prestigio internacional, tanto por su actividad científica como por sus ideas políticas, a ser un desconocido en su propio país, ignorado por los grandes medios de carácter general.
Fernando Cuartero

Una versión un poco más reducida de este artículo ha sido publicada en el Blog de El País dedicado a conmemorar el año de Turing.

Fuente:

Hablando de Ciencia
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