Hace tiempo un profesor nos contaba que
la mujer que trabajaba en su casa (con pocos estudios) le decía: “Sus
vasos están rotos, pierden agua”.
Fijaos que el agua se está condensando en el exterior del vaso, las gotas que se forman caen “por fuera”.
La idea central de este experimento es que: el aire está lleno de cosas.
Aparte de las respuestas de Dylan, polvo, polen… hay un montón de agua
La cantidad de agua que “cabe” en el aire tiene que ver con la presión a la que está ese aire y, como sabréis, con la temperatura. A mayor temperatura, más agua puede “disolverse” en el aire.
En este sentido no es muy distinto de disolver azúcar en té.
Si caliento el té puedo disolver más
azúcar que si le té está frío, y más interesante aún, si dejo que se
enfríe el té, comienza a “salirse” el azúcar el té, quedando en el
fondo.
Esto es lo que ocurre en el vídeo.
Dice que es un experimento para un día
lluvioso. Esto nos dice que el aire estará bastante “lleno” de agua. La
terminología correcta es: saturado.
Cuando ese aire, templado y
saturado de agua, toca las paredes frías del vaso su temperatura
desciende. En ese momento ya no le “cabe” tanto agua y esa agua se
condensa en la superficie del vaso.
Es un fenómeno muy corriente, que con
facilidad identificaréis en otros fenómenos cotidianos como el rocío,
las gotas de agua en el espejo cuando te duchas o el agua que cae de los
equipos de aire acondicionado.
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