La sangre es de las pocas cosas
que unen a la raza humana. Sin embargo, no es un tema que tengamos muy
presente, a menos de que necesitemos una transfusión. En Japón, sin
embargo, el tipo sanguíneo tiene grandes implicaciones en la vida, el
trabajo y el amor.
"¿Cuál es tu grupo?" es una pregunta clave en cualquier formulario para postularse a un trabajo.
Alrededor del 40% de los japoneses tiene sangre
del grupo A y el 30%, O. Solo un 20% tiene el tipo B, y los de AB
representan aproximadamente el 10% de la población.
Los libros sobre las diferentes personalidades son un éxito editorial.
Los programas de televisión en las mañanas, los
periódicos y las revistas publican con frecuencia horóscopos basados en
el grupo sanguíneo y discuten la compatibilidad en las relaciones
personales. Muchas agencias de citas lo tienen en cuenta, y los juegos
de video y las animaciones -el popular manga- suelen mencionar el tipo
de sangre de los protagonistas.
También se ha desarrollado toda una industria de
productos especializados: bebidas, goma de mascar, sales de baños e
incluso condones para los determinados grupos.
¿Por qué?
"La gente a veces no me quiere, dice. Creen que soy extraña y rara. Muchos me dicen que no entienden lo que pienso"
Masako, donante de sangre tipo AB
Los tipos sanguíneos, sin embargo, se determinan
por las proteínas en la sangre. Aunque los científicos intentan acabar
con estas creencias con insistencia, en Japón continúan siendo
populares. Una razón que se suele dar para explicarlo es que, en una
sociedad relativamente homogénea y uniforme, esto provee una estructura
simple que permite dividir a la gente con facilidad en grupos concretos.
"Ser parecidos se considera algo bueno en
Japón", dice la traductora Chie Kobayashi. "Pero también nos gusta
encontrar pequeñas diferencias que distinguen a la gente. Por otro lado,
esto puede resultar en que se digan cosas malas sobre determinado grupo
sanguíneo minoritario, como los B y los AB".
En 1901, el científico austriaco Karl
Landsteiner descubrió el sistema de tipos sanguíneos ABO. Su trabajo,
con el que se mereció un premio Nobel, hizo que fuera posible
identificar los diferentes grupos y abrir un camino importante en la
seguridad de las transfusiones de sangre.
Durante el periodo de entre guerras, teóricos de
la eugenesia se apropiaron de su investigación, sobre todo los nazis,
que lo usaron como una de las formas de argumentar su superioridad
racial.
El gobierno militar de Japón también lo adoptó
en 1930 para el entrenamiento de soldados. Y en la Segunda Guerra
Mundial, el Ejército Imperial formaba los grupos de batalla según el
grupo sanguíneo, de acuerdo con diferentes reportes.
El estudio de los tipos de sangre ganó mucha
difusión en 1970, con el lanzamiento de un libro escrito por Masahiko
Nomi, quien tenía cierta experiencia en medicina. Y más recientemente su
hijo Toshitaka publicó una serie de obras que también han sido
populares. De hecho, Toshitaka es el director del Instituto del Grupo
Sanguíneo Humanics. Y dice que su trabajo no es estereotipar a las
personas, sino simplemente permitirles que exploten su talento y mejoren
sus relaciones.
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