No es una novedad que los aeropuertos suelen ser
transmisores de enfermedades debido al alto tránsito que se genera en
estos lugares. Pero, a pesar del trabajo de los científicos y
epidemiólogos por estudiar los complejos sistemas de redes y patrones de
contagio de las enfermedades, estos modelos matemáticos sólo están
centrados en las últimas instancias de la propagación, es decir, donde
se desarrollan las tasas más altas de infecciones.
El Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental (CEE) del Instituto
Tecnológico de Masachussets (MIT) decidió cambiar el enfoque de estos
estudios para centrarlos en los comienzos de una epidemia, para
determinar probabilidades más efectivas de frenarlas.
En este estudio se determinó que los 40 aeropuertos más grandes de
Estados Unidos son uno de los principales transmisores de origen de
algunas enfermedades contagiosas
A diferencia de los modelos existentes, el nuevo modelo del MIT
incorpora las variaciones a los patrones de viaje entre los individuos,
las ubicaciones geográficas de los aeropuertos, la disparidad en las
interacciones entre los aeropuertos y los tiempos de espera en
individuales para crear una herramienta que podría utilizarse para
predecir dónde y qué tan rápido podría propagarse una enfermedad.
Situaciones como las sucedidas durante la útima década, entre las que
se destacaron el brote del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) en
2003, que se expandió a 37 países causando cerca de mil muertes, o la
pandemia de gripe H1N1 de 2009 que mató a unas 300.000 personas en todo
el mundo, podrían terminarse si estos estudios logran descifrar el
comportamiento de una propagación infecciosa y detenerlo, aislarlo o
aplicar las vacunas adecuadas antes de su crecimiento exponencial.
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