Sin duda, todo un contrasentido ya que el plátano es rico en
fructosa, sacarosa y glucosa (tres azúcares naturales). Sin embargo en
algo estaba en lo cierto, aunque seguramente Troy lo desconocía: esta
apreciada fruta cuenta ciertamente con su propia energía… ¡Nuclear!
En efecto, todos sabemos que esta fruta es rica en potasio, pero lo
que tal vez nos sorprenda es descubrir que parte de ese potasio aparece
en forma de isótopo radioactivo, el potasio-40. No os preocupéis, el
contenido de esta sustancia es realmente bajo (apenas un 0,0117% del
total del potasio), de modo que cada banana contiene aproximadamente 370
picocurios de potasio radioactivo (o 14 becquerelios), lo cual es una
cantidad realmente despreciable.
De todos modos, la dosis es lo bastante elevada como para que los
lectores de radiación situados en los puertos y aduanas den falso
positivo de vez en cuando. Tranquilo, el contador Geiger no va a saltar
si llevas un plátano en el bolso, pero si conduces un camión cargado de
esta fruta, o descargas un contenedor de un barco, el contador lo
notará.
Curiosamente, los defensores de la energía nuclear emplean a menudo
lo que ellos llaman “dosis equivalente a un plátano”, para medir las
pequeñas fugas de radiación que se dan en las centrales nucleares. Es
una forma de tranquilizar a los vecinos empleando escalas que los no
iniciados entiendan fácilmente, ya que lo normal es que ni picocurios ni
becquerelios nos digan demasiado, ¿verdad?
La vida media del potasio-40 es de 1.240 millones de años. Si te
comes un plátano, cada segundo que pase se desintegrarán 14 átomos de
potasio-40 en tu organismo de forma totalmente inocua. De hecho, esta
propiedad hace que este isótopo se emplee también (como el carbono-14)
para hacer dataciones bajo ciertas circunstancias.
Si estás pensando que estas dosis son acumulables te equivocas. El
hecho de que te comas un plátano diario no va a incrementar tus
contenidos en potasio-40. Nuestro cuerpo controla internamente los
niveles de este isótopo, de modo que cuando entra más potasio del
necesario, el organismo se libra del exceso.
De modo que tranquilos. No esperéis que estos frutos brilllen en la
oscuridad, la radioactividad es algo natural que nos rodea por todas
partes. De hecho, cualquier cosa que contenga carbono es ligeramente
radioactivo (tú mismo, por ejemplo).
Además de esta fruta, existen muchos otros alimentos moderadamente
radioactivos como las patatas, las pipas de girasol, las alubias, las
nueces, etc. Se cree que el alimento más radioactivo conocido es la nuez
amazónica, debido al alto contenido en radio y bario del suelo en que
crece la planta.
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