He de reconocerlo, no soy un tipo de ciencias y mucho menos de
matemáticas, una asignatura que desde siempre se me ha atravesado y era
de suspenso seguro en cada evaluación.
Desde hace unos meses he tenido la oportunidad de poder acercarme a
ellas y aprender muchas cosas, que desconocía o se me pasaron por alto
en mis tiempos de mal estudiante, gracias a la irrupción en la blogosfera de personajes como Gaussianos o Clara Grima, que se han convertido en dos de mis matemáticos de cabecera.
Pero ya que he citado a Clara voy a encaminar este post hacia las mujeres que se han dedicado a las matemáticas y más concretamente en una: Philippa Garrett Fawcett
Probablemente no aparezca en muchos de los listados que circulan por la red con las mujeres más significativas que se dedicaron a esta ciencia, siendo los nombres más comunes: Hypatia de Alejandría, Émilie du Châtelet, María Gaetana Agnesi, Sophie Germain, Mary Somerville, Ada Lovelace, Florence Nightingale, Sofia (Sonya) Kovalévskaya o Emmy Noether.
El caso de Philippa Garret Fawcett es digno de tener en cuenta y
destacar, ya que en la Inglaterra victoriana de finales del siglo XIX,
en el que le toco vivir, consiguió un hito que hasta entonces ninguna
otra mujer había logrado: obtener la mayor puntuación en los exámenes
finales de la carrera de matemáticas en la Universidad de Cambridge.
Al que obtenía la máxima puntuación se le distinguía como “Senior Wrangler”
(instaurado en 1748 y que todavía continúa realizándose), pero el
problema estaba en que ninguna mujer hasta aquella fecha (7 de junio de
1890) lo había conseguido. Un contrasentido en el que las estrictas
normas de Cambridge permitían examinarse, pero no contemplaba la
posibilidad de que una hembra fuese reconocida con la más alta
distinción.
Philippa se presentó a las duras pruebas que se realizaban a lo largo
de 8 días consecutivos y en los que, durante cinco horas y media,
debían contestar correctamente a los 12 cuestionarios que se les
presentaba con 192 preguntas; en cada uno iba en aumento la dificultad.
Los que obtenían mejores resultados optaban a la prestigiosa distinción y
para ello debían pasar nuevamente por otros complicados 63 problemas, a
lo largo de tres días más.
El día en que se dieron a conocer las puntuaciones de los exámenes, Walter W. Rouse Ball
fue el encargado de leer las calificaciones de los alumnos y al llegar a
la hoja en el que figuraba el nombre de las mujeres dijo
contundentemente:
Miss Philippa Garrett Fawcett, por encima del Senior Wrangler
La joven había obtenido una calificación un 13% superior a la del siguiente alumno con mejor puntuación: Geoffrey Thomas Bennett, quien, a pesar de quedar segundo, fue agasajado como mejor alumno del año y recibió el tan honrado “Senior Wrangler”.
A pesar de no ser premiada con tal distinción, la prensa se volcó en
reconocer el mérito de la joven de 22 años que había logrado superar a
todos los hombres de su promoción en la difícil carrera de matemáticas.
Fuente: