Es posible que algunos
desconozcan que Francia contaba con un sistema similar a internet antes
de que se popularizara el uso de la red tal y como hoy la conocemos.
Se llama Minitel, y es un servicio que desde los
años 80 permite a los franceses realizar reservas de viajes en línea,
revisar cuentas bancarias e incluso visitar páginas de contenido sexual.
Sin embargo, con el auge de
internet, el uso de Minitel ha ido decayendo, por lo que este sábado se
llevará a cabo su desconexión definitiva.
El orgullo de Francia
Hace muchos años, mucho antes de que naciera la
internet, Francia ya contaba con un universo digital gracias el sistema
de telecomunicaciones Minitel.
Unos monitores color beige acoplados a los
teléfonos, permitieron que los franceses pudieran comprar viajes en
línea, cuando muchos todavía tenían que hacer cola para comprar entradas
en la estación de tren.
El resto de países miraron entonces a Francia con admiración y los franceses estaban orgullosos.
Tal y como dijo el expresidente Jacques Chirac:
"hoy un panadero de Aubervilliers saber perfectamente cómo revisar su
cuenta bancaria en Minitel. ¿Puede decir lo mismo un panadero de Nueva
York?".
Por supuesto que Chirac decía esto en 1997,
cuando el uso de una de las mayores innovaciones en las
telecomunicaciones francesas todavía era popular, imaginando
posiblemente que el sistema duraría para siempre.
No se le puede culpar, en aquel momento los
hogares franceses contaban con nueve millones de aparatos Minitel, con
unos 25 millones de usuarios y 26.000 servicios disponibles.
Pero por supuesto, la historia ya está escrita y
pronto vería la luz la internet. A día de hoy consultan sus cuentas
bancarias en línea panaderos de Timbuktu a la Patagonia. No sólo eso,
sino que pueden hacerlo desde su teléfono celular.
Así es como le llegó la hora al Minitel y este sábado, 30 años después de que se lanzara, dejará de existir.
Servicios
El Minitel nació durante la presidencia de
Valery Giscard d'Estaing a finales de los años 70, a raíz de que un
reporte concluyera que si se invirtiera lo suficiente en la red
telefónica nacional, ésta se podría complementar con un sistema de
información visual, al que se accedería a través de terminales con
teclado.
"Además de ser un proyecto tecnológico era
también político", cuenta Karin Lefevre de France Telecom. "El objetivo
era computerizar a la sociedad francesa para asegurar la independencia
tecnológica de Francia".
Los primeros Minitel empezaron a operar en la
región de Bretaña y el sistema se hizo nacional en 1982. En un principio
ofrecía el directorio de teléfonos.
Poco después se aumentó la oferta a una gran
cantidad de servicios: acceso bancario, reportes de bolsa, el tiempo,
reservas de viajes, resultados de exámenes, aplicaciones universitarias,
así como acceso a varios organismos de la administración pública.
Todo los que los usuarios tenían que hacer era marcar un número en el teclado y seguir las instrucciones.
"Por supuesto parece enormemente anticuado para
nuestros estándares de hoy", dice Lefevre, "pero era fácil de usar.
Apretabas un botón y hacía algo, como las tabletas de hoy en día".
Aparte de su facilidad de uso, otros dos
factores aseguraron el éxito del Minitel: primero que la entonces
estatal France Telecom los distribuía gratuitamente, lo que supuso que
incluso los hogares más pobres disponían de una unidad subsidiada por
los impuestos. La otra razón era su variedad de contenido.
Control del estado
Desde el principio, se dieron intereses comerciales bastante sospechosos en torno al Minitel.
Por un lado, el sector de la prensa temía que la
nueva creación les arrebatara sus ingresos, así que el gobierno
intervino para salvar a los periódicos; decretó una norma que decía que
las únicas instituciones que podían proporcionar servicios en Minitel
serían los medios de prensa.
Pero uno de los servicios más lucrativos resultó
ser uno del que nadie se había percatado: el llamado Minitel Rose. Éste
era un lugar de conversación en línea donde los hombres podían escribir
sus fantasías sexuales a citas anónimas.
Hasta hace muy poco, podían verse en Francia
carteles con chicas insinuantes a las que uno podía contactar a través
del Minitel y se cree que algunas personas llegaron a gastarse miles de
francos al mes en este servicio.
¿Orgullo o vergüenza?
Hoy, la sociedad francesa debate cuál ha sido el
legado del Minitel y si éste se ha convertido en motivo de vergüenza
más que de orgullo.
Lo que antes se veía sofisticado y nuevo hoy
luce como una mala inversión, que nunca despegó en otros países a
excepción de Bélgica.
Minitel no era una plataforma abierta, sólo
proporcionaba servicios de Minitel. Además, a principios de los años 90,
la terminal se veía muy anticuada.
Para Benjamin Thierry, profesor en la
universidad de la Sorbona y coautor de un libro sobre el tema explica
que la razón del fracaso del sistema fue su incapacidad de penetrar en
otros mercados, algo muy común con los productos franceses, afirma.
En Francia se movilizaron recursos públicos para
impulsar el proyecto inicial para que en pocos años el país fuera le
envidia del mundo. Pero entonces, la inmovilidad y la inercia, hizo que
pasara desapercibido en el mercado internacional, analiza Thierry.
"El fallo del Minitel no fue sólo tecnológico",
apunta por su parte Benjamin Bayart, director del primer proveedor de
internet establecido en Francia, French Data Network.
"Es el modelo en su conjunto. Para ofrecer un
servicio en Minitel tenías que pedir permiso a France Telecom. Tenías
que acudir a las personas que llevaban el tema y que no sabían nada de
innovación. Esto implicó que nunca pasara nada. Básicamente, Minitel
innovó entre 1978 y 1982, pero luego paró".
Sin embargo, otros son menos críticos. Valerie Schafer, coautora con Thierry, considera injustas las críticas contra el Minitel.
"La gente se olvida de que muchas ideas que
ayudaron a formar internet se probaron por primera vez con el Minitel.
Piensen en el sistema de pagos, no tan diferente de la tienda de
aplicaciones de Apple. También están los foros, el contenido generado
por los usuarios. Muchos de los emprendedores de internet hoy afilaron
sus dientes en el Minitel", defiende Schafer.
"El mundo no empezó con internet", señala.
Fuente:
Contenido relacionado