Muchas veces se oye hablar del campo magnético de la Tierra que protege la vida en el planeta de las radiaciones ultravioletas y los rayos cósmicos.
Pocas veces nos paramos a pensar que es el campo magnético.
En un libro de física se puede encontrar una explicación como esta: región
del espacio en la que una carga eléctrica puntual de valor q, que se
desplaza a una velocidad v, experimenta los efectos de una fuerza que es
perpendicular y proporcional tanto a la velocidad v como al campo B.
Así, dicha carga percibirá una fuerza descrita con la ecuación donde F
es la fuerza, v es la velocidad y B el campo magnético, también llamado
inducción magnética y densidad de flujo magnético. (Nótese que tanto F
como v y B son magnitudes vectoriales y el producto vectorial tiene como
resultante un vector perpendicular tanto a v como a B).
Un descripción oscura y enigmática para cualquier profano en física.
Sin embargo si se visualizan las líneas del dicho campo magnético con
limaduras de hierro y un imán la explicación es más intuitiva; pero si
se utilizan brújulas (usadas para localizar el norte geográfico de la
Tierra), en vez de utilizar limaduras, la imagen queda completa; al
indicar además de la dirección el sentido de las líneas del campo.
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El campo magnético de la Tierra se comporta de una forma similar al
creado por el imán de la fotografía. En el caso de la Tierra es
originado por el movimiento del núcleo de hierro fundido que hay en el
centro de nuestro planeta.
Este enorme imán hace posible la existencia de la magnetosfera,
una burbuja que nos aisla de las partículas magnéticas que vienen del
sol y que permite la vida en la Tierra. También es responsable de
fenómenos como las auroras (boreales y australes).
Actualmente el polo norte magnético está próximo al sur geográfico, y polo sur magnético cercano al norte geográfico.
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