Pero ¿no es contradictorio celebrar una festividad como ésta en una país aconfesional y cada día más laico? El que sólo lee El Corán, ¿por qué tiene que dejar de trabajar?
Desde Genciencia queremos impulsar una alternativa. Abajo los santos y arriba los intelectuales.
Varios filósofos positivistas ingleses redactaron en 1892 el llamado The New Calendar of Great Men (Nuevo calendario de los grandes hombres), basándose en las ideas de Auguste Comte (1789-1857), se le considera creador del positivismo y de la disciplina de la sociología (aunque hay varios sociólogos que sólo le atribuyen haberle puesto el nombre).
Este libro no era sino un diario santoral, en el que se reemplazaban los nombres de los santos por el de aquellos científicos o artistas que hubieran contribuido al avance de la civilización. De esta manera, Gutemberg, Newton, Leonardo, Mozart o Shakespeare pasaron a ser los patrones protectores de algunos días concretos del año.
¿No sería todo más bonito si nos fuéramos de vacaciones durante la Semana Científica o la Semana del Átomo Dividido? La mayoría no sabemos ni de santos ni nos interesa, pero el problema es que la sociedad sabe tanto de los científicos como de los santos. Así que preveo que la iniciativa no prosperará (al menos entre la masa).
Tal vez sólo podamos aspirar a convertir en patrones protectores a personajes de la farándula, como Belén Esteban o Pocholo haciendo el aeroplano.
Vía | Kodorniz
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