Francia vs InglaterraEl trabajo de Nevil Maskelyne, un astrónomo del siglo XVIII, ayudó a establecer a Greenwich como el guardián del tiempo del mundo.
Francia lanzó una poderosa embestida para tomar la batuta en una conferenica internacional en 1884, pero perdió.
En rechazo a la decisión, marchó de acuerdo al "Tiempo meridiano de París" hasta 1911.
Si se abandona la medición de los días de acuerdo a la posición del Sol respecto a la Tierra, Francia conseguiría por fin lo que tanto anheló.
Los expertos en medición del tiempo se reunieron este jueves en Suiza para debatir si seguimos agregando ocasionalmente un segundo al final de cada año como se hizo durante los últimos 40 años (en 24 oportunidades).
Sin embargo, no lograron ponerse de acuerdo en un tema que genera discordia entre los países y, por ende, pospusieron la decisión por tres años más.
El segundo adicional, llamado intercalar, se le añade a los relojes nucleares para que mantengan el mismo paso que la rotación de Tierra. Eso es lo que intentó decidirse en la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Puede parecer poco importante un simple segundo para semejante discusión. Sin embargo, a lo largo de las décadas, el desajuste entre los relojes basado en la rotación planetaria y los atómicos sería de varios minutos. Y en 500 años sería de una hora, según la periodista de Ciencia de la BBC Rebecca Morelle.
Para entender bien las implicaciones de la medición del tiempo y el porqué de tanto debate es preciso tener claro algunas cuestiones referidas a la ciencia que mide algo tan abstracto y a la vez real como el tiempo.
¿Dónde se determina qué hora es?
Si los segundos intercalares desparecen, con un nuevo sistema, a medida que la rotación de la Tierra se desacelere, los días "reales" serán más largos que los "oficiales"... más o menos un minuto cada 50 años.
Si respondió, como la mayoría de los que les pregunté, en Greenwich, acertó... en parte.
Resulta que los mismos ingleses que, en el siglo XVIII, se pusieron en la tarea de establecer el estándar que le serviría de referencia al mundo durante más de 120 años, en 1955 se inventaron el primer reloj atómico preciso, y empezaron los problemas.
"Desde los años '20 se sabía, y antes se sospechaba, que el movimiento de la Tierra no es tan constante como se pensaba", le dijo a al BBC Rory McEvoy, curador de horología del Observatorio Real británico.
Reloj atómico
Los relojes atómicos son mucho más precisos a la hora de medir intervalos de tiempo.
GMT (Greenwich Mean Time o Tiempo Medio de Greenwich) se basa en el paso del sol sobre el meridiano cero en Greenwich Park, en el sureste de Londres.
Pero al parecer, la Tierra no es un cronómetro fiable debido a un ligero bamboleo al girar sobre su eje, de manera que es mejor confiar en las vibraciones de los átomos, que pueden contar segundos con una precisión increíble.
O por lo menos eso es lo que proponen con vehemencia algunos países de la comunidad internacional. Sin embargo, otros se oponen a la idea con un ardor semejante.
¿Qué?
¿Por qué quieren cambiar el tiempo?, le preguntamos a Vadim Nozdrin, asesor de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UTI), un organismo especializado de la ONU.
"Buena pregunta", respondió, "pero no sencilla... ¿tiene tiempo para que se la responda?".
Y, pues sí. Si pretenden cambiar una de las pocas cosas que uno cree que entiende...
Volvamos al principio. Sí, Greenwich es todavía el lugar en el que se marca una de las tres escalas de tiempo: el Horario Universal, que se emplea en todo el mundo como línea internacional de cambio de fecha. El día empieza en ese meridiano.
Quienes trabajan con el tiempo, como Nozdrin, no lo llaman GMT sino UT1.
Pero hay otra escala de tiempo. El TAI, o Tiempo Atómico Internacional, es un estándar atómico de alta precisión, que no está ligado a un fenómeno astronómico.
"En este caso, el cálculo de un intervalo de tiempo es determinado por un fenómeno físico. Hay unos 400 relojes atómicos localizados en unos 50 países que recolectan, procesan e intercambia información que mandan al Bureau Internacional de Pesos y Medidas (BIPM)", le explica Nozdrin a BBC Mundo.
Ese organismo, con sede en París, es el responsable de mantener el tiempo atómico.
Como la rotación de la Tierra no es exacta pero los cambios en los átomos sí, hay una diferencia entre el UT1 y el TAI.
Así que "en 1972 se trató de unificar las distintas escalas para ser más precisos. Se creo el UCT, Tiempo universal coordinado. Si la diferencia entre UT1 y TAI es de más de un segundo, el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra puede regularlo, quitando o poniendo un segundo".
Esos segundos se llaman 'segundos intercalares'.
Y eso es lo que se quiere simplificar: no más UT1, ni TAI, ni UCT, ni segundos intercalares.
Sólo una escala de tiempo, la atómica.
No es tan simple
Pero simplificar no es tan sencillo.
Aún no se sabe con exactitud de qué lado del ring están los casi 200 miembros de la UTI, pero ya se tiene una idea de la posición de algunos pesos pesados.
En una esquina están 13 países, incluidos Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania. Desean abandonar el segundo intercalar.
En la otra, el Reino Unido, China y Canadá. Quieren mantenerlo.
Los primeros abogan por abandonar la escala antigua, arguyendo que los relojes atómicos son parte integral de la tecnología moderna. A bordo de cada satélite GPS, transmiten señales a los sistemas de navegación en automóviles, barcos y aviones para juzgar a su ubicación precisa.
Además, alegan que la precisión es esencial para el comercio en el mundo moderno. Las redes informáticas se comunican a través de zonas horarias y, con relojes atómicos como referencia, se pueden evitar errores, garantizar la seguridad y proporcionar una transferencia de datos fiable.
El problema es que esos aparatos no son técnicamente capaces de agregar o quitar segundos, así que no pueden ser ajustados.
Por eso, dicen, todo debe depender de ellos.
¿De los astros a los átomos?
No obstante, los que defienden mantener la medición del día arraigada a la Tierra, aseguran que sus opositores exageran los problemas que representa tener en cuenta el entorno astronómico.
Añaden que al ignorar la rotación del planeta en nombre de los aparatos que hoy en día lo hacen funcionar, el día de la Tierra se desfasaría, sin opción de ajuste, del día atómico. Pero por muy poco.
Aunque se trata de segundos, estos se van acumulando, ese es uno de los puntos que incomodan a quienes se oponen a condenar a Greenwich a las páginas de la historia.
El ministro de Ciencia británico, David Willetts, aeguró: "La posición del Reino Unido es que debemos mantenernos en el sistema actual utilizado en todo el mundo". "Sin el segundo intercalar eventualmente perderemos la relación entre el tiempo y la experiencia diaria que tiene la gente del día y la noche", añadió.
Por su parte Felicitas Arias, directora del departamento de Tiempo del Bureau Internacional de Pesos y Medidas explicó que el sistema actual "está afectando las telecomunicaciones" También mencionó los obstáculos para internet para los servicios financieros".
La polémica parece irreconciliable. Y en teoría, la decisión tiene que ser unánime.
"Es por eso que durante los últimos diez años hemos estado llevando a cabo grupos de estudio", señala Nozdrin. "El resultado es que no hay acuerdo", dice, y ríe derrotado.
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