A semanas de la COP17 en Durban, activistas de Greenpeace realizaron una acción en Kusile , que será la cuarta planta de carbón más grande del mundo.
Un grupo de activistas de Greenpeace se encadenaron a una reja y escalaron una grúa el lunes en Kusile, una planta de energía a base de carbón en Sudáfrica, para reclamar el abandono del carbón como fuente de energía a semanas de que el país sea sede de la COP17, la serie de conferencias sobre el cambio climático que se realizará en Durban.
La protesta empezó al amanecer el lunes en la planta de energía de Kusile, cuando los activistas se encadenaron a la reja de acceso a la obra donde se emplazará la planta. Los empleados de seguridad de la planta luego cortaron las cadenas. Seis activistas de Greenpeace se treparon a una grúa y se colgaron de sus cuerdas con un cartel con la leyenda “Kusile – Asesina del clima”. Al cabo de seis horas, los activistas fueron echados por la fuerza.
La planta de carbón Kusile pertenece a Eskom, una empresa de energía del estado y será la cuarta central de carbón más grande a nivel mundial. Su finalización está programada para 2016. Otra planta de carbón, llamada Medupi, está programada para ser terminada en 1015.
Las plantas de energía a base de carbón de Eskom son la fuente principal de gases invernadero en Sudáfrica. “La construcción debería ser frenada y las inversiones derivadas a encontrar soluciones energéticas renovables”, aseguró Melita Steele, miembro de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace.
Para Greenpeace el carbón no es una fuente de energía económica si se consideran los costos de la contaminación, de los problemas de salud, el uso del agua y el cambio climático.
Las promesas por parte del gobierno sudafricano – sede de las conferencias internacionales sobre el cambio climático en Durban dentro de tres semanas – de atacar el cambio climático no tienen fundamento a menos que el gobierno deje de construir plantas de carbón como Kusile. Con la acción de hoy, Greenpeace llama a Sudáfrica para a que se convierta en un verdadero líder climático, aumentando sus planes para obtener energías renovables y dejar de comprometer el futuro de sus habitantes. Este nuevo escenario además crearía nuevos puestos de trabajo, cuidaría el medioambiente y podría satisfacer las necesidades energéticas del país.
Greenpeace exige a Eskom que abandone el carbón como fuente de energía y que invierta en proyectos de energías renovables de gran escala.
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