- SUMARIO:
- Experimentos con tu cuerpo: memoria sensorial
- Experimentos con tu cuerpo: ¿tocas la batería?
- Experimentos con tu cuerpo: escribir sin mirar
- Experimentos con tu cuerpo: el lado dominante
- Experimentos con tu cuerpo: tiempo de reacción
- Experimentos con tu cuerpo: la lengua
- Experimentos con tu cuerpo: pensar lleva su tiempo
- Experimentos con tu cuerpo: gravedad de la sangre
- Experimentos con tu cuerpo: la sangre
- Experimentos con tu cuerpo: el pulso
- Experimentos con tu cuerpo: el oído
- Experimentos con tu cuerpo: tenedor 'parlante'
- Experimentos con tu cuerpo: resistencia de los huesos
- Experimentos con tu cuerpo: el dedo tonto
- Experimentos con tu cuerpo: dedos que se relajan
- Experimentos con tu cuerpo: el brazo que se acorta
- Experimentos con tu cuerpo: el brazo que sube solo
- Experimentos con tu cuerpo: estimar distancias
- Experimentos con tu cuerpo: la vista y el tacto
- Experimentos con tu cuerpo: la vista
- Experimentos con tu cuerpo: los ojos
- Experimentos con tu cuerpo: las manos
- Experimentos con tu cuerpo: la sensibilidad
- Experimentos con tu cuerpo: la nariz
- Experimentos con tu cuerpo: el calcetín
- Experimentos con tu cuerpo:la piel
Se trata de un tipo de memoria que te permite conocer permanentemente tu situación con respecto a los objetos circundantes, para que puedas avanzar sin ir tropezando con ellos.
Depende de la visión y se desvanece en apenas unos segundos, que son suficientes para que cumpla su función.
Es fácil comprobarlo: localiza un objeto no muy grande en una pared. Sitúate frente a él y señalalo con el dedo.
A continuación baja la mano, cierra los ojos y deja pasar unos cuantos segundos.
Ya puedes intentar señalar otra vez, siempre con los ojos cerrados, la posición en la que ‘recuerdas’ que estaba el objeto. Verás que ya no te acuerdas.
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