Gobiernos y agencias a nivel internacional deben ayudar a millones de personas a desplazarse de zonas altamente vulnerables al cambio climático, aseguró un informe comisionado por el gobierno británico.
El costo de actuar ahora será mucho menor que el de los conflictos, desastres y pérdidas de vida que tendrán lugar si no se toman medidas.
Muchas personas quedarán atrapadas. El informe estima que entre 154 y 179 millones de personas viviendo en llanuras inundables rurales en 2060 no podrán trasladarse debido a la pobreza. La única esperanza para esas comunidades será tomar medidas para aumentar su resistencia a fenómenos ambientales.
El "Informe de previsión de migraciones y cambios ambientales globales" se enmarca en el trabajo del programa Foresight (Previsión), que ofrece asesoramiento científico al gobierno británico sobre desafíos futuros. El estudio contó con la participación de 300 expertos de 30 países y consideró el impacto de los cambios ambientales en la migración en los próximos 50 años.
John Beddington, el asesor científico del gobierno británico que comisionó el estudio, advirtió que esos cambios afectarán más duramente a los más pobres y que muchos migrarán, sin saberlo, a regiones aún más vulnerables al calentamiento global.
Se espera, por ejemplo, que al menos 192 millones de personas se trasladen en busca de trabajo a llanuras litorales inundables en África y Asia en el 2060.
Entre las medidas propuestas por los autores del estudio se incluye equipar a las ciudades para nuevos flujos migratorios y facilitar que uno o dos miembros de una familia abandonen sus hogares para trabajar en otros sitios y enviar dinero a casa, evitando el desplazamiento de comunidades enteras.
Las remesas de trabajadores que emigraron internacionalmente llegaron a US$300.000 millones en 2009, tres veces el total de los fondos de ayuda para el desarrollo aportados por los gobiernos, según Naciones Unidas.
Migraciones "positivas"
Una de las razones por las que se comisionó el informe es la preocupación expresada por varios países ante la posibilidad de migraciones internacionales masivas de "refugiados climáticos". Sin embargo, el estudio prevee que tres cuartos de las migraciones a raíz del calentamiento global serán dentro de las fronteras de cada país, desde zonas rurales hacia ciudades.
Naciones Unidas estimó en 210 millones el número global de emigrantes internacionales en 2010. Otros 740 millones emigraron a diferentes regiones dentro de sus propios países en el 2009.
Un promedio de 25 millones de personas han sido desplazadas cada año por eventos relacionados al clima desde el 2008, y es probabale que la cifra aumente a medida que los fenómenos climáticos se vuelvan más extremos, aseguró Beddington.
Lo importante, según el científico británico, es que las migraciones sean manejadas en forma apropiada, para evitar "desastres humanitarios en una escala sin precedentes".
"Es importante que hagamos todo lo posible ante los cambios ambientales y se tomen medidas para que las comunidades tengan la mayor resiliencia o capacidad de respuesta", aseguró Beddington.
"Esto significa que es necesario reconocer el papel que puede jugar la migración para ayudar a algunas personas".
La idea de migraciones dirigidas es motivo de fuerte controversia. La visión tradicional de las agencias de ayuda es que la migración es perjudicial porque causa el desarraigo de comunidades y posibles conflictos.
Pero algunos analistas afirman que es hora de que la migración sea vista en algunos casos como una solución y no un problema.
Richard Black, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Sussex en Inglaterra y uno de los autores del estudio, dijo que existe actualmente "una base de evidencia sustancial" para un cambio de mentalidad en torno al tema.
"El informe es una herramienta sólida sobre el desafío migratorio para los tomadores de decisiones en el futuro", señaló Black.
En algunos casos, los gobernantes deberán considerar incluso la construcción de ciudades nuevas con el apoyo de fondos internacionales, de acuerdo al documento.
Los autores del estudio señalan que la migración debería ser un tema central cuando se debatan los fondos para adaptación al cambio climático en la próxima cumbre de la ONU que comenzará el 28 de noviembre en Durban, Sudáfrica.
Los científicos concluyen que el costo de no hacer nada será mayor que las medidas tomadas ahora para abordar la migración, especialmente si reducen la probabilidad de desplazamientos.
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