Una picadura suya puede ser dolorosa. Pero, aunque pareciera que no tiene sentimientos, sí tiene corazón. Y uno que late, como lo demostró un equipo de científicos que se adentró en el cuerpo vivo de una araña tarántula.
Por medio de imágenes de resonancia magnética, los expertos visualizaron cómo funciona el interior de una tarántula.
Los escáneres muestran el fluido sanguíneo que corre hacia el corazón del invertebrado.
Las imágenes también revelan lo que parece ser un doble pálpito que tiene como misión bombear sangre alrededor de su cuerpo.
Los detalles de la investigación fueron dados a conocer en un encuentro de la Sociedad de Biología Experimental (Society for Experimental Biology), que se desarrolla en Glasgow, Escocia en el Reino Unido.
Investigadores de la Universidad de Edimburgo usaron escáneres de imágenes de resonancia magnética, que habían sido previamente utilizadas por los científicos para examinar roedores en el marco de una investigación médica.
Pero, al aplicar ese método a las arañas, los expertos pudieron explorar cómo funciona el interior de un arácnido de gran tamaño.
"En los videos, se puede ver el fluido sanguíneo que corre hacia el corazón y se puede percibir un latido doble, una contracción muy particular que nunca antes había sido advertida", señaló el investigador de la Universidad Glasgow, Gavin Merrifield.
Veneno
Los científicos también pudieron medir la frecuencia cardíaca con mucha mayor precisión que cuando usaron otros métodos, algunos indirectamente invasivos y otros altamente invasivos.
El equipo de expertos esperan usar la técnica para explorar con mayor profundidad la fisiología y el comportamiento de las arañas.
"Un uso potencialmente práctico de la investigación es llegar a determinar la composición química del veneno de la araña", explicó Merrifield.
"El veneno tiene aplicaciones en la agricultura como un potencial pesticida natural".
"Desde una perspectiva más académica, si lograramos vincular imágenes de resonancia magnética cerebrales con el comportamiento de una araña y combinar esa información con datos similares de vertebrados, podríamos aclarar cómo la inteligencia evolucionó", concluyó el especialista.
Fuente:
Contenido relacionado