No me lo puedo creer. Lo tengo en mi archivador desde hace, exactamente, 20 años. Lo empleo casi a diario para el cálculo de constantes bioquímicas de todo tipo, es la base de cientos de cálculos relacionados con la cinética enzimática que hago al año…y ahora, por una casualidad, me entero de que es el artículo más referenciado de la historia de la ciencia…una joya literaria.
Pero lo más curioso del tema es que el haberme enterado de que estoy en posesión del más referenciado de los trabajos científicos no ha sido por aspectos profesionales, sino a raíz de un comentario de un viejo amigo de estudios y otras andanzas que recibí en mi anterior post acerca de la “doble personalidad” de Michaelis-Menten.
Me explico. En la última entrada publicada en Scientia descubrimos que la famosa ecuación de Michaelis-Menten era fruto de la colaboración entre dos grandes maestros de la bioquímica, Leonor Michaelis y Maud Menten, los padres de la cinética enzimática.
Sin embargo, a la hora de llevar a la práctica la cinética de Michaelis-Menten son pocos los profesionales que lo hacen de forma directa, sino que recurren al famoso diagrama de Lineweaver-Burk, que se emplea como herramienta gráfica para calcular los parámetros cinéticos de una enzima.
En realidad, su utilidad se basa en que el recíproco de la cinética de Michaelis-Menten es fácilmente representable y que de él emana mucha información de interés en el campo de la bioquímica.
La representación gráfica de Lineweaver-Burk permite identificar la Km (constante de Michaelis-Menten) y Vmax (velocidad máxima); el punto de corte con el eje de ordenadas es el equivalente a la inversa de Vmax, y el de abscisas es el valor de -1/Km…así de fácil.
Es cierto que la representación de Lineweaver-Burk presenta algunos inconvenientes ya que al requerir de dobles inversos, pequeños errores experimentales pueden conducir a grandes errores.
Además, el hecho de que a altas concentraciones los puntos se aglutinen al principio de la gráfica puede dar lugar a cálculos erróneos.
Sin embargo, si los experimentos se plantean correctamente desde el punto de vista metodológico, los resultados son totalmente fiables.
Lo lógico sería pensar que lo que acabamos de plantear es tremendamente simple…y lo es, pero a pesar de que la representación del doble recíproco de una hipérbola cuadrangular era conocida por los matemáticos antes de que Lineweaver y Burk publicaran su trabajo, éste fue de tal magnitud que se trata del artículo más referenciado de toda la historia de la ciencia.
¿Y dónde podemos encontrar este artículo? Pues en contra de lo que puedan pensar no se publicó en Nature, ni en Science, ni en Cell, ni en ninguna de las “Top Ten” de las revistas científicas. Además, y como hemos comentado, el objeto del estudio no fue el cáncer, ni el SIDA, ni el Alzhemier, ni nada por el estilo.
La revista donde está publicado el trabajo más referenciado de la historia es de sobra conocida en el ámbito científico, Journal of the American Chemical Society, perteneciente a la American Chemical Society, y el tema de estudio mi querida cinética enzimática.
La referencia completa es: Lineweaver, H; and Burk, D. (1934). “The Determination of Enzyme Dissociation Constants”. Journal of the American Chemical Society 56: pp.658—666.
Pero como debido a ciertas políticas editoriales que aun no comprendo, el acceso a este artículo no es libre para toda la comunidad sea científica o no…pues Scientia hoy les hace un regalo en este enlace…que me cobraré a su debido tiempo.
Si el pasado Martes 14 de Junio honramos a Maud Menten y a Leonor Michaelis por ser los padres de la cinética enzimática, hoy no vamos a ser menos con Lineweaver-Burk.
Ya les puedo adelantar que sí, que sus sospechas son ciertas, y que Lineweaver-Burk, de la misma forma que Michaelis-Menten, son dos personas. También les aclaro que no todos los bioquímicos somos tan complejos y aunque en mis artículos científicos firmo como López-Nicolás…soy uno solo: “López por parte de padre y Nicolás por parte de madre”…es lo que hay…
Sigamos. De la misma forma que hay gente de los Beatles y de los Rolling, unos del Barça y otros, sorprendentemente, del Madrid y unos de Belmonte y otros de Joselito…hay partidarios de Lineweaver y otros de Burk…yo soy, sin dudarlo, de Hans Lineweaver…por dos motivos claramente “objetivos”.
El primero de ellos es que este químico-físico norteamericano llegó a publicar el famoso artículo sobre el que hoy versa esta entrada siendo todavía…¡¡¡un estudiante!!!
En teoría esto no debería ser noticia pero, por mi propia experiencia, les puedo asegurar que no es habitual. Aun recuerdo como en cierta Universidad unos compañeros de Departamento me echaron en cara que pusiese como firmante de un artículo científico a un alumno interno de último curso de la carrera…¡¡¡cuando toda la parte experimental la había hecho él solito!!!
La otra razón por la que me decanto por Lineweaver es la más “importante”. No sé si será por sus logros científicos donde, además de su interminable lista de artículos y patentes publicadas, recibió un gran número de premios y galardones, o por su importancia internacional en el campo de la Ciencia y Tecnología de los Alimentos, o quizás por su famosa aportación a la cinética enzimática…pero la realidad es que Hans Lineweaver vivió ni más ni menos que…¡¡¡101 años!!!…sobran los comentarios.
Aunque sea fiel seguidor de Hans no le quito mérito a Dean Burk, el bioquímico americano descubridor de la biotina que dirigió el trabajo que les dio la fama a esta pareja que ha quedado unida para la eternidad….y digo “dirigió” porque Burk fue el mentor de Lineweaver, el que lo acogió en el Departamento de Agricultura estadounidense cuando Hans era un simple alumno y lo catapultó a la fama.
Además, Dean Burk, al igual que Maud Menten, se adentró con éxito en otras disciplinas científicas, llegando a ser uno de los más prestigiosos investigadores en la lucha contra el cáncer y desarrolló el primer prototipo de las actuales resonancias magnéticas…¡¡un crack!!
He pensado que lo más apropiado para acabar esta serie de artículos relacionados con la cinética bioquímica, y con el propósito de poder publicar la “Trilogía Enzimática”, sería escribir una entrada acerca del “Diagrama de Eadie-Hofstee“.
Sin embargo, y a pesar de que cómo ya se imaginarán G.S. Eadie y B.H.J. Hofstee eran dos personas y no una (los bioquímicos somo así de raritos)…no pienso acabar la trilogía no sea que se inhiban por exceso de producto, se agoten por acumulación de sustrato o se inactiven por suicidio enzimático…prefiero que lleguen a los 101 años…si es que de verdad eso es lo que desean.
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