
Para esta nueva investigación, científicos estadounidenses de las universidades de Pittsburgh, Illinois y Rice reclutaron a 120 personas de 55 a 80 años, sedentarias y sin señales de demencia. La mitad estuvo sometida a un programa de marcha moderada durante 40 minutos tres días por semana, mientras el otro grupo hizo sólo ejercicios de estiramiento.
En los exámenes con resonancia magnética, los científicos constataron que, tras un año, los participantes que se habían ejercitado caminando mostraron un aumento en sus hipocampos izquierdo y derecho de 2,12 y 1,19% respectivamente. En cambio, los miembros del otro grupo experimentaron una disminución de 1,40 y 1,43% en las mismas regiones cerebrales, es decir, el deterioro normal debido al envejecimiento, que afecta a la memoria y acrecenta los riesgos de demencia.
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