¿Alguna vez te has preguntado por qué el invierno es la época elegida por el virus de la gripe para atacar nuestro sistema respiratorio?
Según un estudio realizado por el virólogo Peter Palese, de la Escuela de Medicina Monte Sinai (Nueva York), esta preferencia se debe a que las temperaturas bajas y el descenso de la humedad ambiental fortalecen al virus.
Tradicionalmente, algunos especialistas culpaban el aumento de los procesos gripales a la tendencia de las personas a pasar más tiempo en contacto con otras en lugares cerrados durante la estación fría. Sin embargo no había ningún dato científico que confirmara esta sospecha.
Palese ha roto con este mito al demostrar, a través de una serie experimentos con cerdos de guinea infectados con el virus de la gripe humana, que esta enfermedad se contagia al menos a 8 de cada 10 animales cuando la humedad relativa es del 20 al 35 por ciento, mientras que cuando la humedad supera el 80 por ciento, el virus no se transmite. Además, los mayores índices de contagio, según los experimentos, ocurren a una temperatura de 5ºC. En ese caso, basta con hablar, toser o estornudar para enviar los virus al aire y que otros individuos puedan inhalarlo. Sin embargo, cuando el mercurio marca los 30ºC, la transmisión del virus es inexistente.
Una posible explicación, dice el investigador, es que el virus podría ser más estable a temperaturas bajas y con poco vapor de agua en la atmósfera. Otra posibilidad que se baraja es que las barreras físicas que nos protegen de los microorganismos, como la membrana mucosa de la nariz, pierdan su eficacia en estas condiciones meteorológicas. Los próximos experimentos con humanos ayudarán a despejar estas dudas.
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