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14 de agosto de 2010

Un ancestro común en el origen de la segmentación

Hace 600 millones de años, un organismo repitió segmentos idénticos en su desarrollo, posibilitando la biodiversidad terrestre

La segmentación, fenómeno del desarrollo biológico que consiste en la repetición de segmentos para la formación de los organismos, se produjo por primera vez en la historia de la evolución hace unos 600 millones de años. Un equipo de científicos franceses ha descubierto que este fenómeno procedería, además, de un ancestro común a especies tan dispares como la langosta, la lombriz de tierra o el ser humano. Este descubrimiento ayuda a comprender mejor un proceso que ha propiciado la diversidad de la vida terrestre, por sus enormes ventajas evolutivas.



Gusano segmentado. Fuente: Wikimedia Commons.

Gusano segmentado

El concepto de segmentación hace referencia a la repetición de segmentos o unidades anatómicas idénticas en los cuerpos de animales y vegetales.

Este fenómeno, que permite un alto grado de especialización de las regiones corporales, engloba dentro de un concepto más general conocido como modularidad (estudio del sistema a partir de sus partes y la interacción entre éstas).

Por otro lado, el proceso de la segmentación formaría parte de un proceso más general conocido como “morfogénesis” (formación de los tejidos, de los órganos y de los organismos completos).

Los científicos creen que en la segmentación podría estar el origen de la diversidad y de la longevidad de los grupos animales más extendidos del mundo. ¿Pero cómo y cuándo surge este fenómeno?

Hace 600 millones de años

Recientemente, un equipo de investigadores franceses del Centro de Genética Molecular del CNRS y de la Universidad Paris Diderot ha demostrado que esta característica de la biología procede de un ancestro común, él mismo segmentado, que habría vivido hace unos 600 millones de años, y cuya aparición habría cambiado la faz de la Tierra.

Según publica el CNRS en un comunicado, este ancestro común explicaría que, entre especies animales muy distintas (como el ciempiés, la lombriz de tierra o el ser humano) se dé una extraña coincidencia: en todos ellos se produce la repetición periódica de unidades anatómicas idénticas a lo largo del eje que va de la parte de delante a la de atrás de sus organismos.

De hecho, la segmentación es compartida por tres grandes grupos de animales terrestres, aunque no sea siempre visible desde el exterior de éstos, bien porque los segmentos que se repiten permanecen debajo de un caparazón o concha, bien porque dichos segmentos en parte han acabado fusionándose.

En primer lugar, los artrópodos presentan esta característica: insectos, arañas, escorpiones y crustáceos, entre muchos otros, dado que este grupo es actualmente el más importante del planeta, ya que contiene el mayor número de especies y de individuos (un 40% de la biomasa animal terrestre).

En segundo lugar, la segmentación también se da en los anélidos, entre los que se encuentran los gusanos de tierra y sus parientes marinos. Y también la encontramos en los vertebrados, que conforman un grupo muy diverso de especies que ha conocido un gran éxito evolutivo, y que reúne a la inmensa mayoría de los animales con los que estamos familiarizados.

En el caso del ser humano, la segmentación puede apreciarse en las vértebras, los músculos y los nervios. En todos los casos, y aunque no se vean, los segmentos repetitivos se reparten completamente a lo largo del eje bilateral, por el tronco, sobre el abdomen o por el tórax.

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