Se denomina así a cualquier comportamiento sexual que se produce estando dormido. Pese a que no hay estadísticas, existen algunos casos documentados. En 2004, el médico australiano Peter Buchanan relató el episodio de una paciente que, aunque tenía pareja estable, se iba de casa sonámbula y mantenía relaciones con extraños. Y en 2005 salió en la prensa el caso de un hombre que fue procesado por violar a la mujer con la que dormía. Su defensa alegó que padecía trastornos del sueño y sonambulismo agudo, y la sentencia contempló la sexomnia como atenuante.
A veces, los compañeros de cama de los sexomnes optan por dormir separados para no ser molestados, aunque algunos han confesado que el sexo con su pareja dormida es mejor que cuando está despierta. En todo caso, se empieza a considerar un trastorno serio entre cuyas causas se barajan la epilepsia y el consumo de drogas y alcohol.
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