Martes, 01 de junio de 2010
Política en EE. UU.: Cuestión de lenguaje
En política, el uso de la palabra es fundamental. No importa únicamente qué y cómo se dice algo, también el contexto. Pensamos mediante palabras. Términos que inevitablemente se localizan en un marco. El lingüista George Lakoff defiende que los republicanos descubrieron esta circunstancia mucho antes que los demócratas. Concretamente, hace unos cuarenta años.
Los think tanks se pusieron en marcha y comenzaron a crear marcos favorables a través de la difusión de ideas e iniciativas basadas en valores conservadores al tiempo que locutores y comentaristas republicanos fueron ocupando la pantalla del televisor. Hoy, la gran mayoría de los bustos parlantes son conservadores. En los últimos cuarenta años, sólo catorce han conocido un presidente demócrata.
Es por eso que la tarea de Barack Obama no está resultando sencilla. Cambiar de marco es duro. Más aún cuando se trata de uno tan arraigado como el creado por los republicanos. Cuando los hechos no encajan en los marcos, los marcos se mantienen y los hechos se ignoran, dice Lakoff.
Las posibilidades del Partido Demócrata en las elecciones de noviembre pasan, en parte, por cómo logre el equipo de Obama vender la reforma sanitaria. Los sondeos dicen que alrededor del 60% de la población desconocen cuál será la incidencia de la nueva ley en sus familias. Así que hay lugar para lograr ese cambio de marco deseado.
La estrategia de la Casa Blanca trabaja también en esa dirección con otros aspectos. Obama ha logrado encauzar el debate sobre la reforma financiera hacia un plebiscito sobre la responsabilidad de los que causaron la crisis. El tono de la política exterior cambia poco a poco gracias a decisiones como la de acabar con el concepto de guerra contra el terror. El desastre ecológico en el Golfo de México está afectando más a la imagen de BP que a Obama.
La Casa Blanca logra tomar ventaja una y otra vez sobre los republicanos a la hora de lanzar nuevos debates. La actitud reactiva del partido de la oposición no puede con un presidente a la ofensiva. El presidente Obama trabaja en la creación de marcos diferentes, con ideas y valores contrapuestos a los aún hoy dominantes en Estados Unidos. No obstante, no todo son victorias para el presidente norteamericano, cuyo nivel de popularidad es similar al que tenía antes de aprobar la ley de Sanidad. Los republicanos han tomado la delantera en el debate sobre la inmigración y, entretanto, Obama pierde el apoyo de los hispanos. Las elecciones de noviembre se juegan en el terreno del lenguaje.
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