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19 de junio de 2010

Los bebés cuenta con un sistema generalizado de magnitudes


Sábado, 19 de junio de 2010

La mente de los bebés cuenta con un sistema generalizado de magnitudes

Un estudio demuestra que niños de tan sólo nueve meses organizan información sobre números, espacio y tiempo

Incluso antes de aprender a hablar, los bebés organizan la información que reciben acerca de números, espacio y tiempo, de una manera más compleja de lo que hasta ahora se creía. Esto es lo que han demostrado investigadores de la Universidad de Emory, en Estados Unidos, en un estudio realizado con bebés de nueve meses a los que se les presentaron imágenes de objetos sometidas a diversos patrones. El tiempo que los bebés observaban dichas imágenes – atendían más a las que les producían “sorpresa” por no seguir los patrones iniciales- permitió determinar que los niños organizaban rápidamente magnitudes, espacios y números. Estos resultados se suman a otras evidencias recientes de que el cerebro humano no es una tabula rasa al nacer.


Fuente: Universidad de Emory.


Incluso antes de aprender a hablar, los bebés organizan la información que reciben acerca de números, espacio y tiempo, de una manera más compleja de lo que hasta ahora se creía.

Esto es lo que ha descubierto la psicóloga Stella Lourenco, de la Universidad de Emory, en Estados Unidos, en un estudio cuyos resultados han aparecido publicados en la revista Psychological Science.

Sensibles a conceptos cuantitativos

En un comunicado emitido por dicha Universidad, Lourenco explica que con el presente estudio se ha conseguido demostrar que los bebés de tan sólo nueve meses de edad son sensibles a conceptos como “más que” o “menos que”, en referencia a números, tamaño y duración de la presentación de objetos.

En su trabajo, Stella Lourenco colaboró con el neurocientífico Matthew Longo, del University College London (UCL), del Reino Unido.

Los resultados obtenidos por ambos investigadores contradicen la máxima que, en 1890, estableciera el psicólogo William James, al describir las impresiones que los bebés reciben del mundo como “una confusión de zumbidos” en su obra “The Principles of Psychology”.

Según Lourenco, “nuestros descubrimientos indican que los humanos usan la información sobre cantidad para organizar sus experiencias del mundo desde los primeros meses de vida. La cantidad parece ser una potente herramienta para hacer predicciones sobre cómo los objetos podrían comportarse”.

Sistema mental de magnitudes

Los investigadores enfocaron su estudio, concretamente, en el desarrollo de la percepción espacial y cómo ésta interactúa con otras dimensiones cognitivas, como el procesamiento numérico y la percepción del tiempo.

Una investigación previa había sugerido que estos dominios cognitivos diversos están profundamente conectados a nivel neuronal.

Diferentes pruebas, por ejemplo, ya habían demostrado que los adultos asocian pequeños números con el lado izquierdo del espacio, y números más extensos con el lado espacial derecho. Sobre este fenómeno, Lourenco señala: “es como si tuviéramos una regla en nuestra cabeza”.

Otros tests habían demostrado, asimismo, que cuando se les pide a los adultos que seleccionen rápidamente entre dos números aquél que es más alto, la tarea se les vuelve mucho más difícil si el número más alto está representado como físicamente más pequeño que el número más bajo.

Lourenco pretendió explorar si el cerebro humano sólo alberga regularidades estadísticas gracias a la experiencia y las asociaciones lingüísticas o si, por el contrario, existe un sistema generalizado de magnitudes en la mente humana, desde la más tierna infancia.

Esperando el patrón

Para hacerlo, los investigadores diseñaron un estudio que consistió en mostrar grupos de objetos a través de una pantalla de ordenador, a bebés de tan sólo nueve meses de edad.

Según Lourenco, lo que se midió con esta prueba fue la cantidad de tiempo que los niños miraban dichos objetos, con el fin de comprender cómo sus pequeños cerebros estaban procesando la información presentada.

La prueba permitió comprobar que, cuando a los niños se les mostraban imágenes de objetos grandes, de color negro con rayas, y objetos más pequeños, blancos y con puntos, los bebés esperaban después un patrón y colores en la presentación de las imágenes de objetos, similar al patrón y colores de las presentaciones iniciales.

Los científicos supieron que los bebés anticipaban todo esto midiendo el tiempo que los pequeños miraban a la pantalla. Según Lourenco, cuando los bebés miran a la pantalla durante un periodo de tiempo mayor es porque se sienten “sorprendidos” por la ausencia de la congruencia que ellos esperan encontrar en las imágenes.

Estos hallazgos sugieren que los humanos nacemos con un sistema generalizado de magnitudes. Y, si no nacemos con él, parece que se desarrolla muy rápidamente, afirma Lourenco.

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