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10 de junio de 2010

Elefantes con estrés post traumático

Jueves, 10 de junio de 2010

Elefantes con estrés post traumático

Hasta hace poco, los vecinos de la aldea de Bunyaruguru, en Uganda, no tomaban precauciones para visitar a sus amigos de las aldeas vecinas. Pero ahora las cosas han cambiado. La gente tiene miedo de cruzar en bicicleta el pueblo porque ya ha sucedido en multitud de ocasiones que los elefantes bloquean el camino y atacan a los transeúntes.


En la década de los noventa, se creó una nueva categoría para clasificar estos conflictos entre elefantes y humanos, llamado H.E.C (Human-elephant conflict), ya que estos ataques se convirtieron en algo frecuente, tanto en Asia como en África. Desde entonces han muerto más de mil personas por ataques de paquidermos. A su vez, también han sido asesinados miles de elefantes a manos de humanos; en su mayoría por hombres ansiosos de venganza. Esta desafortunada espiral de violencia puede tener entre sus causas el rápido deterioro que la jungla y las consecuencias tan devastadoras que ésta tiene para los elefantes.

La memoria y la venganza son dos cualidades humanas que se atribuyen también a los elefantes. (Usuario de Flickr).

Existen varias creencias populares que vinculan a los elefantes con dos capacidades consideradas como exclusivas de ser humano: la memoria y la venganza. Hace unos años, la agencia Reuters informó de que en una aldea del estado de Jharkand, en la India, los vecinos se vieron obligados abandonar su residencia, por la irrupción en el poblado de una manada de elefantes compuesta de catorce individuos. Buscaban el cuerpo sin vida de una hembra de diecisiete años, que se había extraviado el día anterior en el bosque y accidentalmente cayó en un canal de irrigación, muriendo ahogada. El cadáver había sido enterrado por los hombres del pueblo, pero la manada enfurecida, no paró de buscar en días, destrozando todo lo que encontró a su paso.

Estos fenómenos no son tan extraños, si tenemos en cuenta que esta especie posee un hipocampo de enormes proporciones. Una zona que, entre otras funciones, interviene en el procesamiento de la memoria y las emociones. Ya se habían observado comportamientos que recordaban al rencor en observaciones llevadas a cabo en zoológicos, pero estas conductas son algo nuevo en libertad.

En Sudáfrica, se han producido más de cien muertes de rinocerontes por ataques de elefantes en tiempos recientes. Todos los agresores tenían en común el que son huérfanos macho que han presenciado la muerte de sus madres, en la mayoría de los casos por armas de fuego, a manos de cazadores furtivos. La experta en elefantes e investigadora, Joyce Poole, cree que se dispara a los elefantes sin tener en cuenta las consecuencias que tendrá en los otros miembros de la familia, generando sentimientos de rencor y venganza en esta especie. También está segura de que existen asombrosas semejanzas entre el estrés postraumático (TEPT) que sufren los humanos y el de los elefantes.

El haber perdido a la madre en edad muy temprana, puede provocar agresividad en los elefantes macho adolescentes.

Un estudio publicado en el año 2005 en la revista Nature, señala la separación prematura de sus madres, ya sea por muerte accidental o provocada, como desencadenante de esta patología. Muchos médicos creen que esta explicación es verosímil, ya que en humanos, una de las causas de este trastorno, es la imposibilidad de los jóvenes de establecer vínculos con otros miembros, con lo que el sistema de apego se ve deteriorado. Un hecho que lo confirma, es que en los casos en los que se ha podido introducir a individuos de edades avanzadas, que pudieron convivir con el adolescente, las conductas agresivas disminuyen considerablemente. El problema es que no siempre es posible hacer esto, especialmente con los individuos que viven en cautividad. En libertad, estos animales se crían en sociedades matriarcales en las que conviven con varios adultos durante muchos años. Éstos suelen regular el comportamiento de los jóvenes durante la vida en grupo. Es un hecho que, en muchos animales, los cerebros de los machos se desarrollan a un ritmo más lento que el de las hembras, por lo que los adolescentes macho requieren de una segunda fase de socialización, que no es posible en ausencia de adultos. Al igual que ocurre con los homínidos, para los elefantes, la presencia de individuos de mayor edad, es fundamental en el proceso de desarrollo de los más jóvenes.

Según Poole, la exposición a un estrés tan grande en edades tempranas, al igual que ocurre con los niños en países en guerra, provoca en los elefantes trastornos neurológicos y de comportamiento. Entre ellos están la depresión, la ansiedad, la hiper-agresividad, el comportamiento antisocial impredecible y el pánico; síntomas todos ellos asociados al estrés pos-traumático, también en humanos.

Estas conductas agresivas eran prácticamente desconocidos por los científicos hasta hace dos décadas, pero podrían estar relacionados con dos fenómenos estrechamente relacionados: la rápida desfragmentación de la selva y la desaparición de los individuos más adultos en cacerías. Ambos fenómenos son consecuencia de una triste e intensa competición por comida y tierra que se está produciendo entre las dos especies desde hace ya un tiempo, con resultado final impredecible.

Tomado de:

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