Martes, 04 de mayo de 2010
La sociedad (casi) siempre ha sido ingrata con la ciencia. El caso de Abraham De Moivre
"Consulten a De Moivre, que de esos asuntos sabe más que yo", solía decir Isaac Newton cuando le preguntan sobre temas relacionados con las matemáticas. Tal era su calidad como matemático y el reconocimiento que tuvo de alguno de sus pares más notables.
A pesar de ello, Abraham De Moivre murió solo, pobre, ciego y desilusionado, porque la sociedad (casi) siempre ha sido ingrata con la ciencia.
De Moivre nació en el seno de una familia protestante, de padre cirujano, aunque esta profesión no les aseguró una situación económica muy boyante.
Durante sus primeros años estudió en la escuela católica de su ciudad natal, Vitry-le-François, que fue un centro de tolerancia en una Francia profundamente marcada por las tensiones religiosas de la época.
Estudió lógica, y aunque las matemáticas no formaban parte del curso, leyó los principales textos de su tiempo, en particular el tratado de Huygens sobre los cálculos en los juegos de azar (De ratiociniis in ludo aleae).
Más tarde la familia se trasladó a París donde estudió física y matemáticas en el College de Harcourt, aunque no hay constancia de que lograra ningún título académico.
En 1685 Luis XIV, el Rey Sol, revocó el edicto de Nantes que había garantizado la libertad de culto en Francia desde finales del s. XVI. Se desencadenó así una persecución religiosa contra los protestantes, también conocidos como los Hugonotes. De Moivre fue encarcelado durante un año en París.
Recuperada la libertad, huyó a Londres, donde sobrevivió impartiendo clases particulares de matemáticas y enseñando en los cafés. También consiguió algo de dinero jugando al ajedrez.
Nada más llegar al Reino Unido conoció la publicación delos "Principia" de Newton, el libro más profundo de cuantos había conocido, y se dedicó a su estudio. Se cuenta que compró un ejemplar y que arrancaba las hojas para tenerlas siempre consigo y así poderlas leer cuando iba de un alumno a otro en sus clases privadas.
En 1692 conoció a Halley, secretario entonces de la Royal Society. Y poco más tarde conocería al mismísimo Newton, de quien se haría gran amigo y defensor en la disputa que mantuvo con Leibniz sobre la paternidad del cálculo diferencial.
El teorema más importante de De Moivre a aparece en "Miscelánea analítica", obra en la que investiga las series infinitas y los números complejos. En este libro aparece la primera solución general de una ecuación lineal en recurrencia.
De Moivre está considerado, junto a Laplace, como uno de los grandes pioneros de la teoría de la probabilidad, siguiendo los pasos de Pascal y Fermat.
Sus trabajos fueron publicados en "Doctrina del azar". En esta obra aparece la definición de "indendencia estadística", que afirma que la probalidad de un suceso compuesto por otros dos, independientes entre sí, es igual al producto de las probabilidades de cada uno de ellos.
De Moivre está considerado como el fundador de la trigonometría analítica. De hecho, la fórmula que conecta numeros complejos y trigonometría se la conoce como fórmula de Moivre.
También descubrió la fórmula erróneamente atribuida a Stirling, utilizada para derivar la curva normal como una aproximación a la binomial. Hay que subrayar que De Moivre y Stirling era buenos amigos y no es fácil adivinar las contribuciones exactas de cada uno.
ei n x = (cos x + i sin x)n
Además, investigó en el ámbito de la estadística vital, quizá por influencia de su amigo Halley.
En 1724 publicó "nuit de feu" (night of fire), basada en gran parte en los datos de Halley, y de trascendencia en el ámbito de los seguros de vida.
De Moivre fue miembro de la Royal Society de Londres y de las Academias de Ciencias de París y Berlín. Sin embargo nunca llegó a ocupar un puesto permanente en una universidad como él había deseado.
Permaneció soltero y llevó una vida precaria, trabajando como profesor particular o como consultor de los sindicatos de seguros y de apuestas.
Se cuenta que, al igual que Girolamo Cardano, predijo la fecha exacta de su muerte, aunque su predicción no era obra de videncia sino del cálculo de la progresión aritmética del tiempo que prolongaba su sueño cada día.
Tras ver desaparecer a todos sus colegas científicos, murió pobre, ciego, desilusionado y sin el reconocimiento de la comunidad científica.
-----------
Bibliografía
• Podcast "A hombros de gigantes", del 5 de febrero de 2010, de donde está extraído el texto y, sobre todo, el título del apunte, juicio de valor del director del programa, Manuel Seara Valero.
• Abraham de Moivre.
Fuente:
Desequilibrios