Domingo, 25 de abril de 2010
Datos extraordinarios del guepardo
Los guepardos son, entre sí, como gemelos idénticos; son tan veloces debido a la luz del sol; y los jugadores de rugby usan uno de sus trucos para ver mejor en los estadios deportivos.
- El guepardo está casi extinto, apenas quedan 12.000 ejemplares. Pero por poco no los conocemos, pues a punto estuvieron también de extinguirse durante la Edad de Hielo.
Por esa razón, los guepardos actuales son algo así como gemelos, o forman una grande y endogámica familia de rancio abolengo: todos descienden de un grupo de 500 guepardos africanos que lograron sobrevivir.
- ¿Por qué son tan extremadamente veloces? Por culpa de la luz solar. No es que se alimenten con placas solares, no. El guepardo es uno de los pocos grandes felinos que caza durante el día, así que en estas condiciones poco vale el ser sigiloso: hay que cazar rápido, muy rápido, por eso es capaz de alcanzar una velocidad de 95 kilómetros por hora con una aceleración difícilmente alcanzable por un automóvil. Se han datado velocidades en los guepardos de más de 115 kilómetros por hora, pero en casos muy aislados.
Estas velocidades que casi desafían las leyes físicas también obligan precisamente al guepardo a ser muy rápido: tiene 30 segundos para alcanzar a su presa, o se acalora. Es algo así como conseguir uno de esos bonus de los videojuegos en los que el protagonista es especialmente poderoso por un tiempo muy corto. 8 metros por zancada, 4 zancadas por segundo.
- Se parecen a los jugadores de rugby y otros deportes que se practican en grandes estadios iluminados por brillantes focos en las manchas negras que tienen bajo los ojos. Como en aquéllos, los guepardos tienen estas manchas para reducir los destellos del sol sobre la piel y así obtener su excepcional visión otorgada por una raya ancha y sensible en la retina.
Como jugadores, también los guepardos tienen pezuñas semiplegables como los clavos de las zapatillas para correr.
- Cuando un guepardo atrapa a su presa, empieza el espectáculo gore. Como sus dientes no son demasiado afilados, lo compensa con una mordedura más potente que mata por estrangulamiento. Aplasta la tráquea y bloquea el paso del aire de la presa. Luego se zampa hasta 13 kilos de carne de una sola vez, para luego poderse estar hasta 5 días sin probar bocado.
Si pueden, los guepardos se deshacen de la piel, los huesos y los intestinos, y esconden la carne. Pero, si bien leones, buitres y hienas les suelen robar la mitad de las presas, los guepardos no entran en peleas: cualquier herida en sus cuerpos diseñados para correr a grandes velocidades podrían relantecerles y, en consecuencia, condenarlos a morir de hambre.
- Los guepardos son capaces de proferir sonidos parecidos a ronroneos, gorjeos y aullidos, pero no saben rugir. Curioso, cuando menos, en un animal que parece impulsado por un motor de coche de carreras.
Fuente:Gen Ciencia