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22 de marzo de 2010

Lo que queda de Eva (entrevista a Mark Stoneking)

Lunes, 22 de marzo de 2010

Lo que queda de Eva (entrevista a Mark Stoneking)

Aunque hacemos ímprobos esfuerzos por legar nuestros genes al acervo de la humanidad futura -la mayoría de ellos sin percatarnos- lo que va quedando de nosotros conforme se suceden las generaciones es cada vez menor. Hubo en África, hará unos 200.000 años, una mujer, seguramente de tez oscura, que, sin necesariamente ser especial en ningún sentido entre los suyos, tuvo una descendencia de la que todo ser humano vivo hoy sobre la tierra es el último eslabón. De aquella mujer ha quedado al menos un pequeño fragmento de ADN dentro de las mitocondrias que proporcionan energía a nuestras células. Es conocida como la Eva Negra o Eva Mitocondrial, y se considera una especie de madre de la humanidad moderna.

Su existencia solo podemos deducirla a partir de la secuencia de nucleótidos en el ADN mitocondrial. Así la descubrieron –y no excavando- Allan Wilson, Rebecca Cann y Mark Stoneking. En 1987 publicaron un artículo a partir del cual la hipótesis Out of Africa –según la cual los humanos tuvimos nuestra cuna en África y solo tiempo después colonizamos el mundo- ganó fuerza y se convirtió en la más comúnmente aceptada por los científicos que estudian nuestros orígenes.

Más adelante otros científicos, entre ellos Luca Cavalli-Sforza, quisieron conocer la “paternidad” y estudiaron el cromosoma sexual Y, que solo poseen y legan los machos. Desafortunadamente para los apasionados de los mitos bíblicos, nuestro Adán no vivió en la misma época que nuestra Eva. Pero esa es otra historia.

Uno de los protagonistas de la historia de Eva, Mark Stoneking, sigue trabajando en genética de poblaciones humanas, focalizando ahora su trabajo -en el Max Planck Institute- en intentar entender el papel desempeñado por la selección natural en la diferenciación racial humana.

El Profesor Stoneking ha tenido la amabilidad de respondernos unas preguntas, puestas en un correcto inglés por José Miguel. Marzo tradujo las respuestas al castellano.






1. Junto con Rebecca L. Cann y Allan C. Wilson, ha seguido usted la línea materna del ADN mitocondrial hasta la llamada "Eva mitocondrial" o "Eva negra". ¿Qué sabemos de esta mujer a partir del ADN de las mujeres hoy vivas?

En realidad, el ADN mitocondrial (o ADNmt) es relevante tanto para varones como para mujeres, ya que tanto varones como mujeres lo tienen. Pero sí que nos habla sólo de la historia materna de nuestra especie, porque sólo las mujeres transmiten su ADNmt a sus hijos. Y lo que hemos sabido es que todos los linajes de ADNmt de los humanos de hoy se remontan a una sola antepasada común que vivió en África hace unos 200.000 años. Trabajos adicionales han llevado a la opinión de que los humanos modernos probablemente surgieron como especie en África aproximadamente en esa época, y de que los humanos modernos empezaron a emigrar de África hace unos 50.000 a 70.000 años.

2. También ha trabajado usted junto con otros investigadores en el Proyecto Genoma Neandertal. ¿Qué nos dice el ADN mitocondrial de los neandertales?

He trabajado en ADNmt neandertal, pero aunque el Proyecto Genoma Neandertal se lleva en el departamento en el que trabajo yo no intervengo en él. El ADNmt de todos los neandertales examinados hasta la fecha está fuera del rango de variación del ADNmt humano moderno, lo que sugiere con fuerza que los neandertales no aportaron su ADNmt a los humanos modernos. Si los neandertales (o cualesquiera otros humanos arcaicos) aportaron genes a los humanos modernos aún es una cuestión abierta. Aunque hay una fuerte señal de un origen africano reciente por todo nuestro genoma (no sólo en el ADNmt), esto no descarta alguna pequeña contribución de los neandertales; el Proyecto Genoma Neandertal debería resolver esta cuestión.

3. Otro equipo de investigación (Steve Weiner, Michal Salamon, Noreen Tuross y Baruch Arensburg) ha descubierto una nueva fuente de ADN preservado en agregados cristalinos en huesos fósiles. En alguna ocasión se acarició la idea de extraer ADN de dinosaurio de mosquitos atrapados en ámbar (lo que llevó a la novela fantástica de Michael Crichton y a la película de Steven Spielberg). ¿Qué probabilidades hay, en realidad, de extraer información genética de fósiles y otros restos paleontológicos? ¿Cuánto podemos remontarnos en el tiempo sin que desaparezca todo rastro de vida?

El campo del ADN antiguo ha pasado del "júbilo de la victoria", con éxitos iniciales desde fines de los años 80 que llevaron a un amplio optimismo que consideraba que el ADN antiguo sería útil para resolver toda clase de cuestiones, a la "agonía de la derrota", con muchas afirmaciones de hallazgos de ADN en huesos de dinosaurio, insectos en ámbar, hojas de magnolia en esquisto, etcétera, caídas víctimas de la contaminación. Aún no hay evidencia creíble de que el ADN sobreviva mucho más de 100.000 años en ninguna muestra. Recientemente, sin embargo, diría que ha habido un resurgimiento del interés en el ADN antiguo, especialmente con el desarrollo de la última generación de plataformas de secuenciado, que son particularmente adecuadas para secuenciar ADN antiguo. Así que yo vería ahora al campo "cautelosamente optimista": con una creciente comprensión de los problemas de las pequeñas cantidades de ADN, la contaminación y el daño del ADN, y modos de sortear estos obstáculos, el estudio del ADN antiguo está preparado para cumplir al menos algunas de las promesas de fines de los 80.

4. ¿Qué camino piensa que siguió nuestra especie, y las especies de nuestro género, en su evolución desde su cuna africana? ¿Cuáles son, en su opinión, los hitos de la evolución humana?

Hay aún muchas lagunas en nuestros conocimientos, pero según la evidencia disponible parece verosímil que nuestra especie evolucionara en algún lugar del África oriental en algún momento hace unos 200.000 años. Antes de eso la cosa se complica mucho y muy rápidamente, con muchas especies y antepasados potenciales para los humanos modernos; parece como si cada nuevo descubrimiento de un fósil cambiara por completo nuestra opinión sobre cómo evolucionaron los humanos (¡o, al menos, eso es lo que típicamente afirman quienes descubren y describen los fósiles!). Lo que podemos decir con algún grado de certidumbre es que nuestro linaje se separó del de nuestros vecinos vivos más próximos, los chimpancés, hace unos cinco a siete millones de años. En cuanto a los hitos importantes de la evolución humana, bueno, esa es la misión principal de nuestro instituto (¿qué hace humanos a los humanos?), así que la investigación aún continúa. Pero podemos señalar algunos rasgos obvios que distinguen a humanos de chimpancés, como el bipedismo, los cerebros más grandes, los dientes más pequeños, el lenguaje y la cognición, la dependencia de la cultura, etcétera.

5. ¿Qué variabilidad genética puede hallarse en las poblaciones humanas? ¿Cómo se distribuyen los genes en un mapa?

Si se toma toda la variación genética de la población humana en todo el mundo y se pregunta cuánta de esa variación se debe a diferencias entre individuos de la misma población y cuánta se debe a diferencias entre individuos de diferentes poblaciones, la respuesta es que aproximadamente el 85% de la variación genética es compartida entre poblaciones y sólo el 15% es diferente entre poblaciones. En otras palabras, una población humana cualquiera tiene aproximadamente el 85% de la variación genética de la especie humana entera, así que genéticamente los humanos están muy próximamente emparentados entre sí. Aun así, hay algunas variantes genéticas importantes en el 15% que distingue poblaciones, importantes en el sentido de que estas particulares variantes genéticas pueden haber aumentado su frecuencia porque fueron selectivamente ventajosas en poblaciones particulares. Entender el papel de la selección natural en las diferencias entre poblaciones es una cuestión interesante (y difícil) que nosotros y muchos otros grupos estamos ahora investigando.

6. Ha mirado usted en el pasado con notable éxito. ¿Cómo ve el futuro de nuestra especie? ¿Va a empezar una época de selección artificial, con los nuevos conocimientos genéticos? ¿Va a dirigir el hombre su propia evolución?

Siempre que me piden que prediga el futuro me acuerdo de la vieja cita de Mark Twain, quien comentando las extrapolaciones sobre el futuro curso del río Misisipi basadas en su historia reciente acabó concluyendo: "Hay algo fascinante en la ciencia. Se obtienen enormes rendimientos en conjeturas de insignificantes inversiones en hechos". Sin embargo, hay quien argumentaría que la evolución biológica se ha detenido en los humanos a causa de la cultura. Pero yo pienso que la propia cultura ha influido en nuestra evolución biológica, y es probable que lo siga haciendo en el futuro. Las herramientas necesarias para que manipulemos nuestra propia línea germinal y por tanto dirijamos nuestra evolución no existen aún, y de momento hay difíciles problemas por resolver. Pero si la historia reciente sirve de alguna orientación nos dice que la tecnología se desarrollará con mucha más rapidez que la predicha, así que la gente necesita ser consciente de lo que está pasando y de cómo podría usarse esta tecnología. En verdad, hay ya indicios de que los humanos están influyendo en su evolución en términos de seleccionar el sexo de sus hijos (como atestiguan situaciones recientes en China e India, por ejemplo), lo que está teniendo consecuencias sociales (esto es, con más varones que mujeres en algunas sociedades, los varones tienen más difícil encontrar pareja).

7. ¿En qué trabaja ahora? ¿Qué misterio querría resolver?

Como he mencionado arriba, un asunto en el que estamos trabajando tiene que ver con el papel de la selección natural en la poblaciones humanas. Dado que los humanos modernos evolucionaron en África y luego empezaron a extenderse por el mundo hace unos 50.000 a 70.000 años, ¿hasta qué punto tuvieron que adaptarse a nuevas condiciones locales (entorno, clima, enfermedades, parásitos, fuentes de nutrición, etcétera) mediante selección natural? La moderna genómica nos proporciona herramientas para revisar el genoma en busca de señales de selección en poblaciones particulares, pero determinar cuáles de estas señales son reales y cuáles son falsos positivos, y luego averiguar cuál es la razón para una particular señal de selección en un particular gen en una población en particular, sigue siendo elusivo y difícil. En definitiva, como antropólogo que soy, me gustaría saber cuáles fueron las principales historias que tuvieron lugar mientras los humanos se extendían por el globo.

Fuente:

La Nueva Ilustración
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