Lunes, 15 de abil de 2010
Lost y los torrents
Cuando era chico, vivía sometido a una dictadura. Cuatro aburridos trabajadores apoltronados en algún viejo switcher decidían, bajo la única consigna de meter el cassette y apretar play lo más pronto posible, cuál sería mi menú televisivo del día. Sin dudas ni murmuraciones. Te sentabas a ver lo que la tele te ponía y no había otra. Por supuesto, el respeto al público era mínimo.Y si eras un niño, olvídate. El lunes dejábamos al Super Agente Cobra en un terrible aprieto, nos la pasábamos todo el recreo especulando cómo podría salvarse, hasta que el martes prendías la tele y te dabas de narices con un capítulo de la semana pasada. Eso, si tenías suerte. Si no, al señor del switcher se le confundían los cassettes y entonces, a la misma hora y por el mismo canal, paf, te zampaba La Abeja Maya.¿Te querías quejar? Insertar risas grabadas. Sólo nos quedaba apelar a Alex Valle, ese vocero del zeitgeist ochentero, y refugiarnos en la Santa Paciencia. Ya llegaría el día en que el azar nos permita descubrir cómo demonios se salvó Cobra.Ese día, el día de la independencia, ya ocurrió y recién nos estamos dando cuenta. Varios, como la revista TIME, identificaron el escenario de la batalla final, el lugar donde cambió para siempre nuestra forma de relacionarnos con la televisión: la isla de LOST.
Lost es una serie intrincada como un fractal, donde cada detalle, cada escena, cada personaje secundario es crucial para comprender una trama excéntrica llena de flashbacks, flahsforwards, viajes en el tiempo y autorreferencias. La receta perfecta para el desastre comercial. O eso podríamos suponer.
A pesar de su complejidad, Lost estrenó esta semana su sexta temporada con una audiencia de 12 millones de espectadores. ¿Cómo lo hizo? Adaptándose al nuevo escenario postelevisión. Ya en el 2004 entendieron que, ahora, el que se pierde un episodio de su serie favorita es porque quiere. Existe muchas formas de ver ese episodio, pero quizás fueron los torrents los que mejor se adaptaron a todo ese cambio en la narrativa televisiva que significó Lost.
Bajarse un episodio televisivo de Internet es relativamente sencillo. Te instalas un programita gratis, digamos, el uTorrent, pones "Lost" en su buscador y van a salir un montón de resultados. Esos son los torrents, puestos allí por gente que se tomó la molestia de compartir con el mundo -sin ganancia de por medio más que la satisfacción de compartir la experiencia- el episodio que acaba de terminar hace cinco minutos. El resto es cuestión de tratar bonito al teclado y esperar un rato (la versión mini-me de la Santa Paciencia) y listo, ya bajó el archivo.
La mejor forma de ver dicho episodio es con otro programita que tampoco cuesta nada: el VLC Player. ¿Por qué este y no otro? Porque con ese puedes ver los subtítulos en español que también te has bajado en otro archivito. ¿Y de dónde salieron esos subtítulos? Agárrense: los hizo gratis otro fanático de la serie que, por supuesto, no se permitiría un sólo error en su trabajo. Peor aún: este fanático creó los subtítulos en menos de dos horas desde el estreno gringo del capítulo. Insisto: nadie le pagó. Es simplemente que no pueden esperar a que todo el mundo vea el capítulo para empezar a discutirlo en foros y blogs. Mientras más gente lo vea más rápido, mejor.
¿Por qué demonios, entonces, tenemos que esperar meses a que la televisión local nos traigan las series dobladas? ¿Por qué diablos tenemos que esperar que los canales latinos de cable se demoren semanas en ofrecernos las versiones subtituladas? Peor aún: ¿por qué correr el riesgo de toparte en Internet con algún deslenguado contando qué pasó después de la explosión? Con los torrents, puedes tener el último capítulo de tu serie favorita, en excelente calidad y con un subtitulado respetuoso, a las pocas horas de su estreno en EE.UU, para verlo antes que nadie. Al diablo la Santa Paciencia.
Lost fue la serie que comprendió las posibilidades de la inmediatez, de la angustia, de la ansiedad por tenerlo todo ahora mismo, antes que nadie, y verlo una y otra vez hasta entender qué demonios sucede y luego contárselo a otros fanáticos alrededor del mundo. Los creadores de Lost no crearon los torrents pero fueron los que nos dieron la primera gran excusa para usarlo.
Ahora en la televisión el tiempo ya no es lineal, puedes ir hacia atrás o hacia adelante cuando te dé la gana (como cuando Locke gira la rueda de la isla). Jamás te volverás a perder un capítulo de nada. En realidad, la Santa Paciencia ha sido remplazada por una Angustia Infernal. Los niños de ahora no entienden el concepto de "a esta hora no da tu dibujo". "No", responden, "en la computadora sí dan".
Lo escibió Ocam aquí...
Y el forista Alex corige y amplía la infomación del post...
¿Están seguros que la primera serie en poder ser bajada de internet fue Lost? Yo la verdad bajo desde hace unos 8 años varias series (y como dicen animes y demás cosas que veíamos hace unos 3 lustros), documentales y películas que encuentro en diversos foros, por ejemplo, con 24 bajo el capítulo el mismo lunes del estreno en USA, un par de horas o a la mañana siguiente ya tengo los subtítulos, grabo ambas cosas en un DVD y veo la serie, calientita y con calidad HD en la TV de la sala ya que mi reproductor de DVD LG soporta DivX.
Peru 21
Los torrents, descargas directas y demás están con nosotros hace mucho más de lo que Lost está entre nosotros, sin embargo, el boom de tener todo listo al día siguiente si es algo que tal vez no tenga tanto tiempo. Obviamente la mejora en el ancho de banda y la proliferación de PCs han hecho lo suyo para que ahora a veces ni necesitemos del cable, sólo una buena conexión a internet.