Miércoles, 26 de agosto de 2009“Decir groserías (lisuras) es una forma emocional de expresión y un fenómeno casi universal en el lenguaje humano”, asegura Richard Stephens, que en un estudio con 64 voluntarios ha comprobado que diciendo palabrotas somos capaces de resistir durante más tiempo el dolor que genera introducir las manos en un recipiente lleno de hielo.
Decir lisuras aliviría el dolor ¿Quién no ha dicho palabrotas cuando ha sentido un fuerte dolor? Pues, al parecer, decir (o gritar) lisuras es un gran alivio contra el dolor. Pero no le recuerde la madre a su odontólogo en su próxima cita.
En concreto, los sujetos resistían el dolor durante 40 segundos más lanzando improperios que si decían palabras no ofensivas, como describir el aspecto de una mesa. Además, la intensidad del dolor percibido también se reducía con los tacos (hipoalgesia). “Parece que existe una razón para el desarrollo de estas palabras en todos los idiomas”, concluye Stephens tras el experimento, cuyos detalles se publican en la revista especializada NeuroReport.
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