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27 de noviembre de 2007

Algas para transformar CO2 en biocombustible.

La Universidad de Alicante (UA) ha creado, en colaboración con la empresa Bio Fuel Systems (BFS), el primer dispositivo basado en el cultivo de microalgas marinas que absorbe el dióxido de carbono de la atmósfera y lo convierte en una biomasa de la que se obtiene biocombustible.




El director científico del proyecto y profesor de la UA, Cristian Gomis, ha presentado hoy el prototipo de investigación de este nuevo sumidero de dióxido de carbono (CO2) que tiene como novedad que es 'rentable', puesto que la biomasa que se obtiene del proceso también se puede transformar en productos 'que tienen valor en el mercado', como celulosa o productos de farmacia.

Este es el único dispositivo de estas características que existe en una universidad del mundo y se trata de un prototipo, de un tamaño dos o tres veces inferior al sistema industrial, que se basa en el cultivo intensivo de microalgas fitoplanctónicas.

Estas algas, que se obtienen del mar y se depositan en una especie de silos en agua marina, se alimentan del dióxido de carbono que se inyecta en los depósitos.

Posteriormente se centrifugan y se convierten en biomasa que, a su vez, se transforma en biocombustible, celulosa o productos de farmacia, según ha indicado Gomis.

El director científico de este proyecto, denominado 'Airemar', ha precisado que los compuestos que se obtienen 'tienen un valor en el mercado, con una eficiencia diez mil veces superior a la de cualquier otro tipo de cultivo energético conocido, porque ocupa diez mil veces menos superficie y lo hace 365 veces más rápido que cualquier otro cultivo que tarda un año en hacerse'.

Este dispositivo se ha instalado en la universidad y podría capturar al año ocho o nueve mil kilos de dióxido de carbono, a una media de unos diez kilos diarios, ha señalado Gomis.

'Parece que sea poco, pero con un sólo metro cuadrado se podría inmovilizar todo el CO2 que tira un coche en un viaje de Alicante a Valencia, ida y vuelta, en un día', ha añadido.

Por ello, Gomis ha afirmado que este sistema puede llegar a 'paliar' los efectos del cambio climático al no lanzar el dióxido de carbono a la atmósfera, sino reutilizarlo.

El circuito puede funcionar con agua de mar, de desalinizadoras y con agua dulce, y en él apenas se pierde un 3 ó 4 por ciento de agua, que es la que se va renovando para evitar que se estanque.

Entre las algas, los investigadores seleccionan las especies más comunes que se encuentran durante todo el año en el mar, que son unas 25.000 ó 30.000.

Fuentes:

Terra


Información.es

LaVerdad.es
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