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13 de marzo de 2007

Una cirugía para verse mejor
ESPECIAL: La cirugía plástica II

La mayoría de las intervenciones de cirugía estética se realiza en el rostro. Mejorar el aspecto de la nariz, los ojos y la piel son los principales objetivos de estas operaciones

Por Tomás Unger

La semana pasada explicamos la diferencia entre la cirugía plástica reconstructiva --dedicada a la rehabilitación de heridos de guerra-- y su descendiente directa, la cirugía estética. También mencionamos la característica que la hace única: el ser opcional. Cuando alguien se opera el corazón o la vesícula, no es necesario informarle del riesgo: el no operarse implica un riesgo mayor. El paciente de cirugía estética debe conocerlo, pues la decisión no es del médico, sino suya. La finalidad es verse mejor, donde el 'se' del 'verse' es definitorio.

Aquí conviene mencionar que algunos pacientes --generalmente recurrentes-- sufren de un mal que la cirugía no puede curar. Tipificada como desorden dismórfico corporal (BDD)*, esta condición se define como "preocupación por un defecto corporal menor o imaginado que causa un impedimento funcional significante". Esta disfunción, cuando se puede, se cura solo con psicoterapia.

Es difícil establecer un orden de frecuencia en los tipos de cirugía estética, porque las intervenciones se agrupan en forma diferente. La más popular, según la última estadística (2004), era la liposucción (extracción de grasa) en sus múltiples formas, seguida del 'face lift' (estiramiento de la piel facial), la rinoplastía (reconstrucción de la nariz), la prótesis mamaria (aumento de senos) y la blefaroplastía (modificación de párpados). Sin embargo, por hacerse generalmente varias a la vez, las cirugías de la cara son las intervenciones más frecuentes, al menos en nuestro medio.

LA CARA
Se ha dicho que la cara es la ventana del alma y es la que nos da identidad, refleja nuestro estado de ánimo y nuestra edad. Por ello en la cara se centra la mayoría de las intervenciones de cirugía estética, en algunos casos para modificarla, en otros para rejuvenecerla, frecuentemente ambos. La rinoplastía (cirugía de la nariz) es una de las de mayor demanda y tiene como recursos la alteración de los huesos, del cartílago del tabique, las alas y la punta de la nariz.

Las tecnologías actuales permiten, trasladando pedazos de cartílago y reduciendo el hueso, cambiar totalmente la forma de la nariz. Como la nariz y la barbilla determinan el perfil, frecuentemente se modifica el mentón inferior, con una reducción o implante para darle la forma deseada. En casos extremos, la operación del mentón (maxilar inferior) puede ser una cirugía compleja que incluye la modificación del hueso con la inserción de prótesis para darle prominencia.

La más común de las cirugías estéticas de la cara es la llamada ritidectomía (retiro de arrugas), también conocida como 'face lift' (levantamiento de cara), que en nuestro medio se conoce como estirada. Esta es una operación que se hace con una incisión a la altura de la patilla, rodeando a la oreja, y permite despegar la piel que cubre la mejilla y jalarla. Generalmente va acompañada por la blefaroplastía (cirugía de los párpados), que elimina las bolsas bajo el ojo y reduce la piel del párpado. Existe una blefaroplastía oriental, proceso por el cual se modifica el párpado encapotado común a ciertas razas orientales.

PIEL Y ARRUGAS
Otra intervención común es la pelada química, a la que recurren quienes tienen huellas de acné o irregularidades de la piel. Este es un proceso que no implica cortes, sino quemaduras por ácido**. Las quemaduras, cuidadosamente dosificadas, emparejan las irregularidades de la piel en la parte muerta (epidermis), permitiendo que la dermis la restituya con una superficie uniforme. Una alternativa reciente es el quemado con láser.

Un nuevo recurso contra las arrugas, aprobado recién en el año 2002 por la Administración Federal de Drogas de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés), es la botulina. Más que una intervención quirúrgica, la inyección de botulina, un neurotóxico, anula el nervio de ciertos músculos de la cara y, al relajarlos, distiende las arrugas. El descubrimiento del microbio que produce botulina, el aislamiento del principio activo y el descubrimiento de su potencial por un oftalmólogo es una historia fascinante que merece ser contada aparte. El producto, que se comercializa con el nombre de Botox, a pesar de que su efecto es temporal, está siendo cada vez más usado, habiéndosele encontrado nuevas aplicaciones terapéuticas para combatir males como la migraña, la contracción de la vejiga, etc.

VENTANA NUEVA
Si la cara es la ventana del alma, alterarla hace que nos percibamos distinto. Aun en el caso de una cirugía perfecta, algo de la fisionomía va a cambiar, lo cual debe tomarse en cuenta. A través de millones de años la evolución le ha dado una función compleja a nuestra expresión facial. Gran cantidad de músculos delicadamente controlados expresan nuestras emociones y sentimientos y permiten interpretar nuestros estados de ánimo. Al alterarse la fisionomía de la cara, aun si no se ha interferido con ninguno de los nervios que controlan su musculatura, es inevitable que la expresión facial cambie.

Es frecuente que este cambio no sea previsto por quien decide hacerse una cirugía estética, porque todos los modelos son estáticos. Es difícil, cuando no imposible, hacer el modelo dinámico que prevé una futura sonrisa, resultado de la alteración de las superficies y músculos que la producen. Lo mismo sucede con la expresión de los ojos tras la alteración de los párpados. Más predecible es el efecto en el cambio de la nariz, que es mayormente estática, y la desaparición de las arrugas.

En última instancia, lo más importante, tal vez lo único importante, es cómo se ve el paciente a sí mismo. Como lo dijéramos anteriormente, el aspecto más delicado de la cirugía estética no es fisiológico, sino psicológico. De nada sirve levantar la cara si el resultado no levanta el espíritu. Son muchos los casos en que el resultado de una cirugía estética, aunque no haya surtido efecto en otros, ha aumentado la autoestima del paciente. Esto son casos en que se ha logrado el propósito y probablemente justifica la decisión, el gasto y el sufrimiento postoperatorio.

Dependiendo de la cirugía, su complejidad y extensión pueden ser largas semanas, con privaciones, dolor y extremas incomodidades; sin embargo, se justifican cuando la levantada alcanza también al espíritu del paciente. Próximamente nos ocuparemos de otras modificaciones voluntarias de otras partes del cuerpo, que incluyen las dos intervenciones más populares, que son la plastía del seno y la liposucción (retiro de grasa).

PRECISIONES
Rectificación sobre el teflón

El 27 de febrero, en el artículo sobre polímeros, afirmé que el teflón se ha vuelto un nombre genérico. Cumplo con dejar constancia de que teflón no es un genérico, pues está registrado a nombre de la empresa E. I. Dupont de Nemours. También dejo constancia de que el nombre Frigidaire, contrario a lo que afirmé en otra ocasión, tampoco es un genérico, sino una marca registrada a nombre de Electrolux Home Products.

* En inglés 'body dysmorphic disorder'
** Generalmente se usa ácido carbólico, tricloroacético, lipólico o salisílico.

Fuente:

Diario El Comercio

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