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14 de octubre de 2012

Mitos y verdades sobre los hornos microondas

El horno microondas es, sin dudas, un electrodoméstico que se ha instalado en la mayoría de los hogares por su practicidad, facilidad de uso y eficacia. Es habitual verlo en salas de descanso y almuerzo en el trabajo e incluso en muchos locales de venta de comidas donde uno puede calentar allí el producto que se almacena frío. Sin embargo, también se lo relaciona con explosiones, accidentes y hasta con desalmados que introducen sapos y gatos dentro del mismo, sólo por “diversión”. He aquí algunas de las cosas que hemos encontrado en la Web acerca de los hornos microondas y la gente.

Primero, un poco de teoría sencilla para aquellos que no sepan aún o no hayan tenido la oportunidad de leer sobre cómo funciona un horno de este estilo. Las microondas calientan principalmente el contenido de agua de los alimentos. La microonda, como toda onda electromagnética, es un campo de fuerza oscilante que empuja a las cargas eléctricas en la materia, y aunque la molécula de agua es neutra en su totalidad, tiene dos polos de carga: uno positivo y otro negativo.

La onda empuja los extremos de las moléculas en direcciones opuestas, haciendo que éstas tiendan a girar y golpearse entre ellas violentamente a la frecuencia de funcionamiento de la microonda, hecho que genera una energía cinética que se traduce en calor. Las moléculas de otros materiales que no son polares, como la madera seca, la porcelana, la cerámica o el vidrio, no se calientan como el agua ya que no poseen la característica de tener facilidad de movimiento en sus moléculas. Es por esta propiedad que pueden manipularse sin problemas luego de haber estado sometidos al influjo de las mencionadas ondas.
Agitación molecular que provocan las ondas de radio sobre los materiales  

Agitación molecular que provocan las ondas de radio sobre los materiales

En 1946, mientras realizaba investigaciones relacionadas con el radar y llevaba a cabo ensayos con un nuevo tipo de tubo de vacío (válvula, lámpara), el doctor Percy Spencer, quien trabajaba en la Raytheon Corporation, descubrió con asombro e incertidumbre cómo una barra de chocolate que guardaba en uno de sus bolsillos se había derretido. Convencido de que el hecho había sido provocado por las emisiones del novedoso magnetrón, colocó frente al equipo un puñado de semillas de maíz y, al aplicarles la energía emitida, comenzó a emocionarse viendo cómo las mismas se agitaban bruscamente y comenzaban a hincharse y saltar cocidas dispersándose por todo el laboratorio. El señor Percy Spencer había inventado lo que revolucionaría la forma de cocinar y lo que sentaría las bases de una industria multimillonaria: el horno de microondas.
Percy Spencer, el inventor del horno microondas  
Percy Spencer, el inventor del horno microondas

A pesar de que las organizaciones gubernamentales, los expertos en salud pública y el consenso de la comunidad científica en general aseguran que los hornos microondas son seguros cuando se los utiliza adecuadamente, mucha gente se hace preguntas (legítimas, por cierto) acerca de los peligros ocultos que puede tener la utilización de una tecnología poco comprendida, poco explicada y, por sobre todo, una tecnología que maneja una energía invisible y difícil de cuantificar en riesgos y probables daños. Echemos un vistazo más de cerca a algunos de los mitos, hechos y conceptos erróneos acerca de los hornos microondas, cuya utilización se estima en al menos el 70% de los hogares de América y Europa, desplazando en muchos casos a la tradicional cocina a gas.

Calentar los alimentos en recipientes plásticos puede ser peligroso: Verdadero
Hay que evitar calentar o cocinar alimentos en recipientes plásticos dentro del horno microondas. Incluso los plásticos que indican que son seguros para usar en microondas liberan dosis tóxicas de “Bisfenol A” al contacto con el calor. Este elemento puede producir daños neurológicos en concentraciones altas. Por ello, lo mejor es calentar los alimentos en recipientes de vidrio o cerámica.

Los metales se pueden calentar peligrosamente en un microondas: Mito
Los metales reflejan las microondas, mientras que el plástico, el vidrio y la cerámica las dejan pasar. El agua las absorbe y allí comienza la acción que deriva en la cocción. Esto significa que los metales no se calientan de manera excesiva en un microondas. Sin embargo, puede suceder que pequeñas piezas de metal, como pequeñas láminas, dientes de un tenedor, etc., actúen como antenas emitiendo un arco voltaico y formando espectaculares chispas contra la estructura metálica interna del horno.
Las bandejas cerámicas o de vidrio, son la mejor opción  
Las bandejas cerámicas o de vidrio, son la mejor opción

Pueden existir fugas inseguras de radiación electromagnética: Mito
Durante décadas, científicos y consumidores han debatido sobre los posibles efectos de las radiaciones electromagnéticas no-ionizantes en los tejidos vivos. Es muy difícil clasificar los distintos riesgos de la emisión de líneas de alta tensión, ordenadores, teléfonos móviles, radares de aeropuertos, radio-relojes y, por supuesto, los hornos microondas. Sabemos que se elevan las tasas de cáncer y otros problemas cuando la exposición es prolongada y ante campos intensos pero nunca ante pequeñas exposiciones. Si te preocupa este tema, por tu seguridad y tranquilidad, mejor aléjate del microondas mientras está en marcha, pero ten por seguro que al abrir la puerta no queda dentro de su habitáculo ningún residuo nocivo y, mucho menos, fuera de él. Como dato adicional podemos agregar que ningún grupo empresarial tomaría el riesgo ni tendría la posibilidad de introducir en el mercado un producto que no esté homologado por los institutos de verificación de normas técnicas.

Intentar hervir agua en una taza puede hacerla explotar: Verdadero
Un riesgo potencial de los microondas son las quemaduras por agua sobrecalentada. Cuando se calienta agua en un recipiente de vidrio o cerámica durante demasiado tiempo, no se producen las clásicas burbujas que normalmente enfrían el agua hacia abajo. Con la sobre-exposición al calor y sin que “rompa” en hervor, al mover el agua o dejar caer algo en ella, el calor se libera violentamente provocando una erupción de agua hirviendo hacia afuera de la taza. Para evitar este riesgo, se debe calentar el agua una cantidad mínima de tiempo (entibiar o calentar suavemente) o poner una cuchara de palo dentro de la taza. Observa el siguiente video:



Los hornos microondas cocinan los alimentos desde el interior hacia el exterior: Mito
Las microondas trabajan prioritariamente en las capas externas de los alimentos, y el calor se produce por la excitación y agitación de las moléculas de agua. La parte interna de los alimentos se calienta a medida que se transfiere calor desde fuera hacia dentro.

No se puede calentar aceite en el microondas: Verdadero

Los aceites no se calientan bien en el microondas porque sus moléculas carecen de la misma polaridad que se encuentra en el agua. También es cierto que la manteca fría es difícil de entibiar en el microondas porque la mayor parte es aceite y la porción de agua presente es hielo, lo que mantiene las moléculas cristalizadas haciendo más difícil la oscilación y el movimiento molecular debido a la rigidez que el hielo les provoca.


La energía fluye desde el Magnetrón y se distribuye dentro del horno  
La energía fluye desde el Magnetrón y se distribuye dentro del horno
 
Las microondas degradan los nutrientes de los alimentos: Sin determinar (Poco probable)
Cualquier tipo de cocina (fuego, gas, fermentación) cambia la química de los alimentos. La cocción puede reducir los niveles de algunos nutrientes y aumentar otros. La opinión predominante es que las microondas no alteran los alimentos de manera nociva o perjudicial, no más que otro tipo de cocina. Algunos argumentan que un tiempo de cocción más rápido permite preservar más nutrientes que con métodos más lentos. Sin embargo, todavía se sabe poco de la nutrición y los efectos acumulativos de las microondas, especialmente en torno a la alteración proteica. A pesar de que existe un relativo consenso acerca de su seguridad, no hay un gran número de estudios documentados que permitan sugerir lo contrario.

Tomado de:


Lea en los archivos de Conocer Ciencia:


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