Alternativas al Blackberry, la mejor forma de superar los "apagones".
19 de abril de 2007..- Estoy profundamente decepcionado con los usuarios de Blackberry en Estados Unidos. Tanto hablar de la supuesta adicción del dichoso dispositivo y al final el día que se corta el servicio apenas ocurre nada interesante. Esperaba ver ejecutivos saltando desde los rascacielos, escenas de pánico en Manhattan, Washington y Los Ángeles. Esperaba ver el colapso de la bolsa y la banca. Cierto que todo esto ocurrió de madrugada y durante sólo unas pocas horas pero aun así debería haber pasado algo, por insignificante que fuera. Hablamos, a fin de cuentas de Blackberry, la droga del mundo corporativo americano, el “productivity booster” del siglo XXI.
No ha ocurrido nada de esto porque los adictos de Blackberry son una porquería de adictos. A mi me entran sudores fríos cada vez que no puedo acceder a mi cuenta de GMail por mantenimiento. Si el servicio desapareciera durante un día me comería las paredes de mi casa. En lugar de esto, entre el ganado de Blackberry sólo se han producido un par de escenas de histerismo y dos o tres ejecutivos que se han pasado la noche apretándole botón de actualizar hasta que les ha vuelto a llegar un correo informándoles de su próxima reunión de marketing. La mayoría se lo contará a hoy a su psicoterapeuta, su gurú de yoga o su entrenador personal y santas pascuas.
Los medios estadounidenses han intentado darle tintes de tragedia pero desgraciadamente estos días viven una tragedia real, la de la Universidad de Virginia, y eso ha impedido que lo de Blackberry llegue a la primera plana. Estos dispositivos son utilizados por bastantes agencias gubernamentales que, en el fondo, andan escocidas por que el invento sea canadiense y no estadounidense. Hubiera sido una oportunidad perfecta para levantar un debate nacional sobre la necesidad de cruzar la frontera y secuestrar los servidores y el personal de RIM, la empresa que los fabrica.
En un tono más serio, es una buena oportunidad para pensar cómo los servicios que hoy consideramos imprescindibles están centralizados en unos pocos servidores privados que, a fin de cuentas, son vulnerables. Hablo de Blackberry, pero también de Xbox Live, GMail, Messenger o cualquier otro programa o aplicación de las que usamos todos los días y sin las cuales, a priori, no podríamos vivir… ¿o sí?
La clave, por supuesto, está en huir de los sistemas centralizados y los monopolios. Lo dijo la presidenta financiera de Yahoo! "A mi no me afectó porque utilizo Treo". Mientras haya alternativas, la cosa va bien. En cualquier caso yo le recomiendo a la presidente de Yahoo! la E61i de Nokia.
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