Según los expertos, todo apunta a que el cerebro cuenta con dos mecanismos de limpieza: uno lento, que ya se conocía previamente y que depende del líquido cefalorraquídeo, y el nuevo sistema glinfático, más rápido y eficiente, que recorre todos losrinconces del órgano pensante, y funciona "a presión" para eliminar la basura con más fuerza.
Para estudiar el sistema glinfático, los investigadores usaron un microscopio de dos fotones, que permite ver el flujo de la sangre, el líquido cefalorraquídeo y otros líquidos del cerebro en un animal vivo.
“Entender cómo el cerebro gestiona la basura es crítico. En cada órgano la eliminación de la basura es un tema esencial y en el cerebro, teniendo en cuenta cuántas enfermedades neurodegenerativas se basan en la acumulación de excesos de proteínas que se acumulan y terminan asfixiando y matando la red de neuronas, resulta especialmente interesante”, aclara Jeffrey Iliff, coautor del estudio.
Los investigadores esperan que los resultados del hallazgo tengan implicaciones para la enfermedad de Alzhéimer, los traumatismos craneoencefálicos, los derrames cerebrales y el párkinson.