No pocos estudios sugieren que las preferencias sexuales de una persona tienen un origen biológico y no tanto psicológico.
No son pocos los estudios científicos que sugieren que las
preferencias sexuales de una persona tienen un origen biológico y no
tanto psicológico, como sostienen los psicoanalistas. Estas
conclusiones ponen en entredicho la influencia de las vivencias de la infancia ante la posible existencia de un componente genético, al tiempo que acalla las voces más detractoras de la libertad sexual.
A día de hoy no se tiene plena constancia de los factores que definen la orientación sexual
de una persona, si bien es cierto que la comunidad científica se
inclina hacia una explicación biológica frente a la puramente psíquica. Algunas hipótesis sostienen que la homosexualidad se gesta durante la etapa intrauterina,
es decir, antes del nacimiento del bebé, y que está ligada a los
cambios hormonales en el cuerpo de la madre, ya que los niveles de
testosterona influyen en el desarrollo de ciertas áreas cerebrales
implicadas parcialmente en la atracción sexual.
Otras apuntan hacia una respuesta inmune del cuerpo de la madre hacia
un feto de género masculino, que al experimentarse de forma reiterada
tras varios embarazos de varones, aumenta las posibilidades de tener un benjamín homosexual. La gran mayoría parece coincidir en los condicionantes prenatales de la identidad sexual.
No son pocos los estudios científicos que sugieren que las
preferencias sexuales de una persona tienen un origen biológico y no
tanto psicológico, como sostienen los psicoanalistas. Estas
conclusiones ponen en entredicho la influencia de las vivencias de la infancia ante la posible existencia de un componente genético, al tiempo que acalla las voces más detractoras de la libertad sexual.
A día de hoy no se tiene plena constancia de los factores que definen la orientación sexual
de una persona, si bien es cierto que la comunidad científica se
inclina hacia una explicación biológica frente a la puramente psíquica. Algunas hipótesis sostienen que la homosexualidad se gesta durante la etapa intrauterina,
es decir, antes del nacimiento del bebé, y que está ligada a los
cambios hormonales en el cuerpo de la madre, ya que los niveles de
testosterona influyen en el desarrollo de ciertas áreas cerebrales
implicadas parcialmente en la atracción sexual.
Otras apuntan hacia una respuesta inmune del cuerpo de la madre hacia
un feto de género masculino, que al experimentarse de forma reiterada
tras varios embarazos de varones, aumenta las posibilidades de tener un benjamín homosexual. La gran mayoría parece coincidir en los condicionantes prenatales de la identidad sexual.
Fuente: Muy Interesante
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2 de noviembre de 2018
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