Una maravilla de nombre equivocado
No es posible imaginar el mundo moderno sin los plásticos. Ellos están presentes en la mayoría de los objetos que utilizamos en nuestra vida diaria
Por Tomás Unger
En los años 40, para escribir en mi carpeta de madera del colegio tenía un tintero de porcelana y un lapicero de madera con una pluma de acero. El tintero se rellenaba desde una botella de vidrio. Las inevitables manchas de tinta en los dedos las quitaba con un cepillo de madera con cerdas de chancho. Jugábamos fútbol con una pelota de cuero con 'blader' (globo de jebe inflable) amarrada con pasadores de cuero. El único plástico de aquella época estaba en el tesoro de nuestras mamás y hermanas: las medias de nailon. Hoy es difícil imaginar una actividad en la que no interviene algún plástico.
UN MAL NOMBRE
Plástico es un buen ejemplo de un nombre mal aplicado que ha entrado al vocabulario para quedarse. La palabra define una característica física: plasticidad, propiedad contraria a la elasticidad, que permite a los materiales mantener la forma cuando esta ha sido modificada. Su nombre alemán 'kunststoff', que significa material artificial, es más apropiado. Hoy el término plástico abarca una vasta gama de materiales que tienen en común el ser polímeros sintéticos.
El polímero es una larga cadena cuyos eslabones son moléculas llamadas monómeros (términos que vienen del griego meros = parte, mono = uno; y poli = muchos). La casi totalidad de los polímeros usados en plásticos tienen como base el carbono (C) e hidrógeno (H), solos o con oxígeno (O) y nitrógeno (N). Los hay con cloro (Cl) y azufre (S) en las moléculas que forman la cadena. Ciertos polímeros, importantes para la industria, tienen silicio (Si) en lugar de carbono. La variedad de plásticos está en los átomos o moléculas adicionales que van 'colgados' de los eslabones.
La celulosa, base estructural de la madera, es un polímero natural como lo es el caucho. Las proteínas son polímeros naturales, pero mucho más complejos, cuyos eslabones son aminoácidos.
LOS PRECURSORES
La idea de fabricar plásticos data del año 1839 cuando Charles Goodyear descubrió que el látex de jebe cambia sus características físicas al ser vulcanizado. El caucho resultante es un polímero natural alterado artificialmente, por lo que se le puede considerar el precursor de los plásticos. Los plásticos se desarrollaron a partir de los materiales naturales que eventualmente reemplazarían, como el jebe, la celulosa, la laca o el carey. Primero se modificaron el caucho y la celulosa para luego reemplazarlos con moléculas totalmente sintéticas.
A partir del descubrimiento de Goodyear los químicos se dedicaron a buscar materiales sintéticos que imitaran las características de costosos materiales naturales. Una de las metas era el marfil sintético, presentado en 1862 en la Feria Mundial de Londres por A. Parkes, llamado piroxlin. El material, hecho con celulosa y ácido nítrico con un solvente, no prosperó porque era caro y se rajaba. El químico norteamericano J. W. Hyatt siguió experimentando donde Parkes había fracasado y logró sintetizar un nuevo material en 1883 al que llamó celuloide. Las primeras aplicaciones fueron para dientes falsos que, siendo superiores a los de caucho que se usaban entonces, tenían dos defectos importantes: se ablandaban con el calor y sabían a alcanfor.
El celuloide se impuso como material para cuellos y puños de camisa para hombres y corsés para las mujeres. El celuloide fue el primer polímero sintético con muchas aplicaciones prácticas, reemplazando en diversos usos a materiales naturales como el carey (peines), el marfil y el hueso. Las peinetas decoradas de celuloide hicieron asequible lo que hasta entonces era un artículo de lujo reservado para los ricos.
Probablemente el uso más importante del celuloide fue en la naciente industria cinematográfica. Las primeras películas del siglo XX se hacían en rollos de celuloide, que tenía el defecto de ser fácilmente inflamable.
LA BAQUELITA
A partir del acetato de celulosa, un grupo de químicos ingleses produjo una seda artificial, sin la calidad suficiente para medias pero fabricada en cantidades para uso textil durante los años 30 bajo el nombre de rayón. El mismo material producido en forma de hojas transparentes se conoció como celofán, el precursor de los múltiples envases de hoy. Por ser menos inflamable fue muy usado como sustrato para las películas fotográficas.
El primer polímero sintético lo produjo en 1907 el químico belga L. H. Baekeland radicado en Nueva York. Baekeland buscaba crear materiales aislantes para instalaciones eléctricas y encontró que una mezcla de fenol con formaldehído, al calentarse era blanda y al solidificar formaba un material muy duro. En 1909 presentó su nuevo material con el nombre de baquelita. Primero para instalaciones eléctricas, luego pasó a usarse en toda clase de productos, desde vajilla y muebles hasta joyas, radios y teléfonos hasta bolas de billar.
La baquelita era el primer material sintético que no contenía ninguna molécula encontrada en la naturaleza. También fue el primer termoplástico, que podía ser moldeado cuando estaba caliente, aunque no podía repetirse esa operación. Hasta hoy se usa este material para aislamientos resistentes al calor, como planchas de circuitos, hechas de papel con resina fenólica.
EL NAILON
Una de las metas era encontrar un material sintético que pudiera reemplazar a la seda, y fueron los químicos de Harvard W. Carotes y E. K. Bolton quienes trabajando para la firma Du Pont descubrieron una fibra muy resistente y elástica que llamaron 66, la que fue usada primero como cerda para cepillos. Con la fibra 66, Du Pont logró finalmente su propósito: una fibra similar a la seda, altamente resistente, que se podía hilar para producir medias.
Debido a que los laboratorios que colaboraron estaban a ambos lados del Atlántico, la nueva fibra fue bautizada nailon ('nylon' = New York-London) y presentada en la Feria de Nueva York de 1939. El nailon fue un éxito inmediato y causó sensación, pero, al estallar la guerra en diciembre de 1941, la producción íntegra se dedicó a paracaídas.
Recién en 1946 reaparecieron las medias de nailon; la demanda era tal que causó disturbios que requirieron la intervención de la policía.
LOS PLÁSTICOS
Muchos recordarán la película "El graduado" --estrenada hace 40 años-- en la que el señor Robinson le dice al personaje de Dustin Hoffman: "El futuro está en los plásticos".
Para entonces, hacía 22 años que había acabado la guerra y con las medias de nailon habían aparecido otros productos del nuevo material. Hubo correas que se desenrollaban solas como culebras, y en los automóviles aparecieron las primeras decoraciones de plástico transparente. Al poco tiempo la industria química empezó a producir polímeros de características muy diferentes.
Hoy la mayoría de los envases son polímeros sintéticos. Los tenemos como aislantes, excipientes de medicinas y alimentos, chalecos antibalas, lubricantes y componentes eléctricos y electrónicos, entre miles de otros usos. La computadora y el teléfono celular, símbolos de la era de las comunicaciones, tienen armazón de plástico y plásticos en su interior. El 5% del peso del primer Boeing 747 Jumbo era plástico, en el Airbus A380 es un 20%. En el Boeing 787, que debutará el año próximo, un 50% del peso será plástico. Próximamente nos ocuparemos de la variedad y características de los plásticos actuales y futuros.
Fuente:
Vida & Futuro /El Comercio)
Pero lo más gracioso es que no se menciona el alto poder contaminante que tiene los plásticos...
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