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24 de octubre de 2018

Holocausto chimú en Huanchaco

Los Chimú no lo conocían como fenómeno de El Niño, pero el temor a las catastróficas lluvias y aluviones originó una siniestra ceremonia de sacrificios humanos que promete reescribir la historia del antiguo Perú.

Ni en la más taquillera película de terror se ha visto una ceremonia tan espeluznante como la que ocurrió hace poco más de 500 años en los arenales que rodean el balneario de Huanchaco, en Trujillo.

Aún estaba fresco el barro que dejó un aluvión provocado por un fenómeno de El Niño cuando decenas de niñas y niños fueron sacrificados de la manera más atroz: a cada uno le abrieron el pecho, separaron el esternón y le arrancaron el corazón. Lo mismo hicieron con decenas de llamas. Ataron sus patas antes de extraerles el corazón.

Y toda esta ceremonia en un solo día. La fecha exacta jamás se conocerá, pero los análisis apuntan al período que existe entre los años 1400 a 1450, es decir, un siglo antes de la conquista española del Tawantinsuyo.

"En la zona de Huanchaquito hemos desenterrado 140 niñas y niños –revela conmovido el doctor Gabriel Prieto Burmester, director del equipo arqueológico–, pero a solo un kilómetro, en Pampa La Cruz, hemos descubierto recientemente 122 cadáveres de niños que también fueron sacrificados. No sabemos si en el mismo evento".

Tan macabro hallazgo también sorprendió al experimentado antropólogo físico John Verano, una autoridad en la materia.

Obviamente, los criterios humanitarios del siglo XXI no sirven para entender estos homicidios. Solo se podrían comparar con las matanzas de niños judíos en los campos de concentración nazi o, más recientemente, con los asesinatos en masa que han perpetrado los milicianos del Estado Islámico. En ambos casos, sin embargo, se trató de homicidios de "enemigos". En Huanchaco sacrificaron su futuro.

En la mitología bíblica se asegura que Herodes ordenó asesinar recién nacidos ante el anunciado nacimiento del Mesías. Los espartanos arrojaban al abismo a los recién nacidos con algún defecto físico. En México, el arqueólogo Leonardo López Luján descubrió evidencias de un sacrificio masivo de 48 niños. Para el doctor Prieto lo más soreprendente es el escenario elegido para la matanza.

La historia completa en: La República (Perú)

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