Te llenas de valor. Te pones las
mallas de ejercicio y te vas al gimnasio, con la firme resolución de
volverlo una cosa regular, al menos tres veces a la semana.
Al día siguiente no puedes ni levantarte de la cama: todos tus músculos están atravesados por dolorosos pinchazos (o agujetas). Y así no más, se va, por la ventana, aquella firme resolución.
¿Es posible evitar esto?
Ahí tirado en la cama podrías pensar que no.
Pero, ya que no vas a ir hoy al gimnasio -ni en los próximos 3 días, que es lo que posiblemente te va a durar el dolor-, sigue leyendo.
Qué causa las agujetas
Lo que te dice el sentido común: trabajaste unos músculos más de lo que están acostumbrados.Hasta hace unos años, se creía que este dolor -que técnicamente se conoce como dolor muscular de aparición tardía (DMAT) y que no debe confundirse con dolores agudos o de más largo plazo- era el resultado de la acumulación de ácido láctico en las células musculares.
Hoy hay diferentes teorías. La más aceptada parece ser la que señala que el incremento repentino de la exigencia sobre un músculo o un grupo muscular produce un daño microscópico a las fibras, lo que se traduce en dolor o rigidez.
Es totalmente posible
Eso dicen los que saben."Todo el mundo es diferente, y varios factores juegan un papel, como la edad, el historial de actividad física y el peso, pero hay tantos tipos de ejercicio que casi todo el mundo puede hacerlo sin sentir dolor", le explica a BBC Mundo Jennipher Walters, entrenadora personal y directora de la página web FitBottomedGirls.
"Trabajamos con muchísima gente que de repente empieza con el ejercicio. 'Nos acabamos de jubilar los dos y queremos tener una vida activa. Queremos hacer ejercicio', nos dicen. Con unas buenas pautas de entrenamiento, es posible", le dice a BBC Mundo Antonio Giner Marco, especialista en medicina del deporte y traumatología deportiva y médico del Valencia F.C.
Esas pautas comienzan por evaluar primero, ejercitar después.
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BBC Ciencia