¿Se ha parado alguna vez a pensar en la cantidad de música de fondo con
la que nos bombardean a diario en las tiendas, en los restaurantes, en
la empresa o al teléfono, y sobre la cuál no tenemos capacidad de
elección? En el vocabulario musicológico, esta música ambiental recibe
el nombre de "muzak".
El término muzak es, en
realidad, el nombre comercial de una empresa creada en Estados Unidos en
los años 20 por George Squires para ofrecer música por vía telefónica.
Se conoce también como “música de ascensor”, porque al
principio se usaba en los rascacielos, dentro de los ascensores, para
calmar a sus ocupantes mientras subían o bajaban. En los años 40 se
empezó a utilizar en fábricas y empresas con el fin de aumentar los índices de productividad de sus empleados.
Para conseguir este objetivo los expertos aseguran que debían escogerse
canciones que pudieran ser “oídas pero no escuchadas”, evitando las
partes cantadas para que el texto no fuese motivo de distracción. Su
volumen era moderado, y la música no se circunscribía a un género en particular, aunque se evitaban los grandes éxitos, así como las frecuencias muy altas o muy bajas.
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