¿Una ciencia imposible?
Desde que se dio a conocer el financiamiento multimillonario para el "Proyecto Inmortalidad", las críticas le llovieron desde diversos frentes.
Las más fuertes fueron aquellas que cuestionaron la imparcialidad del proyecto por la procedencia de los fondos: los US$5 millones para tres años han sido asignados por la Fundación John Templeton, que se considera de tendencia conservadora y subsidia estudios sobre temas como la evolución, el amor, el libre albedrío.
Muchos alertan que ello podría influir en la agenda de investigación, aunque los académicos involucrados lo niegan.
Otros critican la inclusión de teólogos (según se informó, US$1,5 millones del total de la beca están destinados a la investigación teológica) y alegan que los aspectos espirituales de la inmortalidad no tienen cabida en la indagación científica rigurosa.
También alzaron su voz quienes consideran que los hallazgos de esta investigación serán de poca utilidad: ¿por qué no usar el dinero para resolver problemas "del más acá" en lugar de investigar sobre la inmortalidad?, plantean.
Todos los días, Benjamin Mitchell-Yellin recibe
mensajes que cuentan experiencias con el más allá: individuos que han
"regresado" de la muerte, otros que reciben visitas sobrenaturales de
sus antepasados remotos, incluso uno que describe cómo su gato ya
fallecido flota hacia "otro plano de la existencia".
Pero Mitchell-Yellin no participa de un
movimiento espiritual ni practica el esoterismo: es académico. E integra
el grupo de científicos dedicado a estudiar un campo poco habitual en
las universidades: la inmortalidad.El dinero al que se refiere es una beca de US$5 millones: una suma poco habitual para proyectos académicos en filosofía o ciencias "blandas", mucho menos dedicados a una materia tan controvertida –y hasta ahora poco demostrable- como la existencia de vida tras la muerte. O el cielo y el purgatorio, el karma, la reencarnación, la posibilidad del hombre de vivir para siempre: todos temas que contemplará el llamado "Proyecto Inmortalidad".
Así lo bautizó Fischer -un reconocido filósofo con cargo de Profesor Distinguido en la Universidad de California en Riverside que en el pasado ha teorizado sobre el libre albedrío, la responsabilidad moral y los dilemas éticos-, a quien se le concedió el financiamiento millonarrio que durará hasta junio de 2015 e involucrará a científicos, filósofos y teólogos de todo el mundo.
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BBC Ciencia