Depositamos una bola de níquel al rojo vivo en una taza de agua; el resultado es una reacción inesperada.
Esto se debe al conocido como efecto Leidenfrost, en realidad la bola se rodea con una capa de vapor que mantiene al resto del agua a distancia. Hasta que ésta se enfría lo suficiente y luego ¡boom!, de repente una locura y una nube de vapor. Ya tienes el agua caliente para una infusión.
Este mismo efecto es el que te permite meter tu mano en plomo fundido durante un tiempo sin sufrir daños. Este pequeño vídeo nos permite ver cómo funciona realmente.
Tomado de:
Xakata Ciencia