El sonido musical de un teclado
flota sobre los modernos edificios del Parque Tecnológico de Andalucía,
en Málaga, conocido como el Silicon Valley de España.
"Ahora podemos producir música clásica moderna con sólo pulsar un botón".
El equipo que desarrolla este proyecto musical –llamado Iamus en honor al semidiós de la mitología griega capaz de hablar con los pájaros– sólo le provee información básica.
"Sólo le indicamos al ordenador algunas cosas técnicas generales", cuenta Díaz-Jerez.
"Le informamos que es imposible para un pianista tocar un acorde de 10 notas con una sola mano. Sólo tenemos cinco dedos en cada mano".
Mapa musical
Instruir a una computadora para que escriba notas musicales es un gran paso en la relación entre la música y la tecnología.
Iamus se originó a partir de una investigación sobre vida artificial y utiliza la evolución como base, según explica Francisco Vico, profesor de Inteligencia Artificial (IA) de la universidad de Málaga.
"Algunas personas no creen que sea posible", dice Vico, en conversación con la BBC.
"Cada composición tiene un núcleo musical que se hace más complejo y evoluciona automáticamente".
El programa informático permite a Iamus escribir innumerables notas sin ayuda humana.
"Empieza con estructuras muy complejas dentro de la computadora", explica Díaz-Jerez.
"Es muy distinto a otras músicas generadas por ordenador. Cuando la gente escucha esta frase imagina que se puede escuchar a la computadora interpretando música".
"Pero Iamus hace algo diferente, proyecta esa complejidad que evoluciona en el ordenador en estructuras musicales".
Inspirada por la evolución
Iamus se alimenta con información específica que dispone, por ejemplo, la duración y los instrumentos para los que compone.La actividad se controla a través de un algoritmo inspirado en procesos biológicos.
Igual que el genoma humano ha mutado para crear una multitud de personas únicas, Iamus altera y reordena el material inicial para crear piezas de música compleja. La única restricción es que pueda ser interpretada por un músico y su instrumento.
"La composición evoluciona dentro de la máquina", dice Francisco Vico.
"Y un humano selecciona entre el conjunto de composiciones que provee Iamus".
Algunas de estas piezas han sido interpretadas por la Orquesta Sinfónica de Londres. El violinista y director Lennox McKenzie cuenta que fue la primera vez que tocaban música creada por ordenador.
"No es el tipo de música que escuchas y te vas silbando una melodía", cuenta McKenzie, consultado por la BBC.
"Es realmente amplio en términos de sonido. Me recuerda un poco a Varese o a Frank Zappa".
En una prueba, el musicólogo aficionado Peter Russel escuchó la música y la definió como "artística y encantadora" antes de saber cómo había sido creada.
Compositor prodigioso
Díaz-Jerez explica que utiliza la escala templada occidental, en la que una octava tiene doce notas.
"Pero si le damos las instrucciones para que utilice más notas, como por ejemplo en la música árabe o hindú, Iamus será capaz de componer piezas que se relacionen con estas culturas".
"Es sólo cuestión de extender el conocimiento de la computadora".
La idea de que un ordenador pueda convertirse en un compositor más prodigioso que Mozart, Haydn, Brahms y Beethoven combinados es quizás inquietante.
Por ahora los músicos pueden consolarse sabiendo que aún hacen falta sus sentimientos y talentos personales para interpretar esta música y darle vida.
Entre tanto, la innovación ha abierto la puerta para una nueva forma de venta de música.
El desprendimiento comercial del proyecto Iamus, la compañía Melomics Media con base en Estados Unidos, ofrece las composiciones musicales creadas por esta computadora a un precio similar a lo que cuesta descargar un tema de iTunes o Google Play.
Pero la gran diferencia es que quienes compran las composiciones de Iamus también obtienen los derechos de autor.
Y con una cantidad ilimitada de piezas –ya hay miles en su discoteca– no hay riesgo de quedarse sin material.
Fuente:
BBC Ciencia