La dispersión de las semillas de una planta es fundamental para que
persista en el el lugar en el que vive o incluso en el tiempo y no se
extinga. Los viajes de las semillas que produce una planta pueden
llevarla a nuevos sitios que colonizar en los que, por ejemplo, haya
menos competidores, o más agua, o más nutrientes,... Las semillas viajan
para conquistar nuevos territorios por tierra, aire, a lomos de bestias
de carga y... por agua.
Un reciente artículo publicado aún
on-line en Journal of Vegetation Science explica cómo es el modo de viajar y asentarse de las semillas en un río japonés: Yoshikawa,
M., Hoshino, Y., Iwata, N. (2012), Role of seed settleability and
settling velocity in water for plant colonization of river gravel bars.
Journal of Vegetation Science. doi: 10.1111/jvs.12001. Yoshikawa y
colaboradores nos explican cómo en las bandas de grava de las orillas
del río Tama se depositan capas de arena por la actividad humana después
de cada subida, y con ellas aparecen especies de plantas que antes no
estaban allí. Se preguntaron si las semillas de estas especies tienen
una especial capacidad de flotación que las ayuden en su dispersión por
las aguas del río. Sin embargo, lo que encontraron es que la mayoría no
flotan tanto como lo esperado, sino que más bien, tienen una velocidad
de decantación -es decir, la velocidad con la que llegan al fondo-
similar a la de las partículas de arena. Es decir, que no flotan, sino
que se van hundiendo lo suficientemente despacio como para que les dé
tiempo a llegar a estas zonas que se ven inundadas con las crecidas del
río.
Sabemos que la actividad humana aguas arriba de un río provoca efectos
aguas abajo o en su desembocadura, donde se depositan más los materiales
que lleva en suspensión al ralentizarse la velocidad del agua. En estas
zonas de grava se instalan, como comentan los autores, especies de
plantas xerofíticas, acostumbradas al ir y venir de las crecidas, las
cuales están siendo desplazadas por estas especies cuyas semillas son
capaces de navegar hundiéndose poco a poco con la arena que,
presuntamente, ha aumentado por la actividad humana. Entender estos
mecanismos por los que unas especies son capaces de colonizar y
desplazar a otras es fundamental para hacer previsiones de los efectos
de nuestra actividad alrededor de los ríos.
Fuente:
Muestra Aleatoria