Qué existe ya se sabe. El problema es explicar por qué y cómo funciona exactamente.
Hablamos del efecto placebo, el hecho de que en determinadas circunstancias un medicamento falso puede curar como uno verdadero.
Funciona hasta tal punto que es
necesario tenerlo en cuenta cuando se hacen pruebas sobre la eficacia de
una medicina antes de comercializarla.
Ahora nuevas evidencias basadas en una
simulación por ordenador indican que el sistema inmunológico tiene un
interruptor, producto de la evolución, que es controlado por la mente.
Otros animales
Todo empezó al observar que otros animales
también experimentan un fenómeno similar al efecto placebo, le dijo a
BBC Mundo el encargado del estudio, Peter Trimmer, biólogo de la
Universidad de Bristol, en Inglaterra.
"En el caso de los humanos también hay un mejor y un peor momento para activar el sistema inmune"
Peter Trimmer, biólogo de la Universidad de Bristol
Existen animales que tienen una respuesta
inmunológica mayor o menor a infecciones, dependiendo de la época del
año de la que se trate. Un ejemplo es el hamster siberiano.
Estos roedores no hacen mucho por luchar contra
una infección cuando las luces de sus jaulas simulan los días cortos y
las noches largas de invierno. Mientras que si se les hace creer que es
verano, su respuesta inmunológica se invierte.
Según Trimmer la explicación es simple: "Es
mejor curarse en verano, cuando uno sabe que no le va a faltar comida. Y
es por eso que la respuesta inmunológica de los hamster siberianos es
más fuerte en verano que en invierno".
Esto se debe, dice el investigador, a que el
sistema inmunológico es costoso de mantener. "Tan costoso, que una
respuesta contundente y sostenida puede disminuir severamente las
reservas del animal y ponerlo en peligro", explica.
En otras palabras, si la infección no es letal,
es mejor esperar a una señal de que luchar contra la infección ya no
pondrá en riesgo la vida del animal.
El modelo reveló que en medios ambientes
difíciles los animales vivían más y se reproducían mejor si soportaban
infecciones sin provocar una respuesta inmune. En cambio, en medios
ambientes más favorables, era mejor impulsar una respuesta inmunológica y
recuperar un estado saludable lo antes posible.
Estos resultados muestran claramente un
beneficio evolucionario al encender y apagar el sistema inmune
dependiendo de las condiciones medioambientales.
Contexto
Trimmer le explicó a BBC Mundo, que en el caso
de los seres humanos también hay un mejor y un peor momento para activar
el sistema inmune.
"Si te rompes un pié, normalmente pones todo tu
esfuerzo en el sistema inmunológico para curarte cuanto antes. Pero si
ves que se te está acercando un depredador -un león por ejemplo- es
mejor no concentrar tus esfuerzos en curarte sino en escapar", explicó
el científico.
"Hoy en día, cuando alguien te ofrece una
pastilla que te asegura que te va a ayudar a curarte, no sólo importan
los efectos curativos de la medicina, sino también el contexto que nos
rodea", añadió.
"Es fundamental el hecho de que te encuentras en
un sitio seguro, rodeado de gente que te apoya y te dice que este es el
momento para sanarte. Tampoco tenemos que preocuparnos de depredadores o
de buscar comida", señaló Trimmer, "eso ayuda a que encendamos el
interruptor del sistema inmunológico".
De todas maneras, admitió que no es el único
mecanismo que explica el efecto placebo. Hay otros muchos factores que
lo pueden provocar, como el hecho de que una persona esté convencida de
que está ingiriendo un medicamento que lo va a curar.
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