Las empresas deberán informar sobre la procedencia de estaño, oro, tungsteno y tantalio.Los minerales son componentes esenciales de los aparatos electrónicos.
Las autoridades estadounidenses
exigirán a las compañías que informen sobre el uso que realizan de
materiales como el tántalo, estaño, oro y tungsteno, que se extraen de
minas en la República Democrática del Congo y los países cercanos,
asolados por más de una década de conflictos armados. El regulador bursátil estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés) aprobó ayer la medida por tres votos a favor y dos en contra.
Las empresas deberán informar en sus páginas web y a la comisión de
valores si la fabricación de sus productos implica el uso de los
llamados materiales de guerra. La primera vez será en mayo de 2014 y
corresponde al año anterior. “La explotación y el comercio de estos
minerales por grupos armados ayuda a financiar los conflictos en la
región. La urgencia de la crisis humanitaria justifica estas
obligaciones”, asegura la presidenta del organismo.
De momento estaño, oro, tungsteno y tántalo (que se extrae junto al
coltán) están en el punto de mira de las autoridades en una nueva
normativa que forma parte de la ley Dodd-Frank de reforma del sistema
financiero. “La compañía que utilice cualquiera de estos minerales
deberá realizar una encuesta sobre su país de procedencia e informar en
su página web y a este organismo sobre los resultados”.
Durante años, activistas de todos el mundo han clamado por mayores
restricciones en el suministro de estos y otros minerales, componentes
imprescindibles para producir las mayoría de aparatos de electrónica de
consumo, como los teléfonos móviles y las consolas de videojuegos.
La semana pasada, un estudio de Enough Project,
señalaba a Nintendo como la “peor” de las principales tecnológicas en
este sentido. El grupo, que lleva años batallando para que se apruebe
esta normativa, ha manifestado en un comunicado
que la medida debería tener un "efecto positivo, pero lento, en
promover la paz y la estabilidad en la zona". El regulador bursátil,
según Ars Technica, carece de autoridad para imponer sanciones a las empresas que adquieren materiales procedentes de zonas en guerra.
La normativa aprobada ayer había sido retrasada una y otra vez por las presiones de los lobbys y ahora la cámara de comercio de EE UU amenaza con presentar una demanda contra el regulador
bursátil, porque considera que el coste de controlar la cadena de
suministro es demasiado alto para las empresas. Microsoft, Motorola y
General Motors ya se han desmarcado de esta posición, mientras muchas
otras compañías, como Intel, HP y Apple ya han establecido sus propios
políticas para evitar que los aparatos que fabrican estén manchados de
sangre.
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