Al presionar sobre los nudillos de un puño cerrado o al entralazar
los dedos y estirar las palmas de la mano, las articulaciones crujen con
un característico y algo desagradable sonido.
¿Pero qué es exactamente lo que suena?
Veamos primero algo acerca de las articulaciones. Las que más
fácilmente crujen son las que consisten en dos huesos unidos entre sí
por superficies cartilaginosas, envueltas por una cápsula de fluido
sinovial.
Se trata de una sustancia lubricante, que también sirve como fuente
de nutrientes para las células cartilaginosas, y que contiene gases
(oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono) disueltos.
Al crujir los dedos de las manos, se estira la cápsula de unión, pero
el fluido no puede dilatarse a menos que la presión en el interior de
la cápssula descienda. Entonces los gases disueltos pueden escapar del
fluido sinovial, incrementando el volumen y la movilidad de la
articulación.
Cuando la articulación recupera su posición, las burbujas de gases
estallan produciendo el crujido. Pero no es la única causa, los tendones
y ligamentos también juegan su papel.
Los tendones deben extenderse sobre la articulación para permitir el
movimiento, así que también suenan cuando el tendón recupera su posición
original.
Nota sabionda: Una articulación que haya crujido, no
volverá a hacerlo hasta que los gases se hayan disuelto de nuevo en el
fluido sinovial: entre 15 y 30 minutos.
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