Imagen microscópica del gusano 'Caenorhabditis elegans'. | AFP
- 4.000 ejemplares de 'C. elegans' fueron enviados en 2006 a la Estación Espacial
- El objetivo era investigar los efectos de la gravedad en los organismos
- El estudio concluye que estos gusanos procrean y crecen como en la Tierra
- Los científicos los usan para preparar misiones tripuladas de larga misión
Durante su viaje a la Estación Espacial Internacional (ISS) en diciembre de 2006, los astronautas del 'Discovery' tuvieron como acompañantes 4.000 gusanos microscópicos de la especie 'Caenorhabditis elegans' ('C. elegans'). Durante 90 días se observó su comportamiento reproductivo para averiguar los efectos que la microgravedad causaba en 12 generaciones de gusanos.
Según aseguran los científicos de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) que organizaron el experimento, estos gusanos se reproducen en el espacio igual que en la Tierra. Además, afirman que no encontraron diferencias ni en su nacimiento ni en su desarrollo hasta convertirse en adultos. Las conclusiones de este experimento han sido publicadas en 'Journal of the Royal Society Interface'
Los experimentos con gusanos son habituales en la ISS, ya que uno de los principales objetivos de la carrera espacial es estudiar los efectos de la microgravedad en los organismos y mejorar los mecanismos de adaptación de los seres vivos al espacio de cara a futuras misiones de larga duración.
El transbordador 'Columbia', que se desintegró en 2003 durante su reentrada en la atmósfera matando a sus siete tripulantes, también llevaba a bordo cientos de gusanos, que sobrevivieron al accidente y fueron encontrados en un contenedor entre los restos de la nave.
El experimento llevado a cabo en 2006 y cuyos resultados recoge este estudio fue completado en noviembre de 2009 con más gusanos, que viajaron a la ISS a bordo del 'Atlantis'.
Semejanzas con los humanos
Los científicos creen que la especie 'Caenorhabditis elegans' es biológicamente parecida a los seres humanos por lo que es una de las favoritas para este tipo de investigaciones. Estos gusanos miden menos de un milímetro así que prácticamente son sólo visibles con un microscopio. Cada adulto puede poner entre 200 y 300 huevos y su ciclo de vida es corto (su esperanza de vida es de entre dos y tres semanas). Son fáciles de transportar y el coste de estos experimentos es relativamente bajo.
Aunque resulte sorprendente, Nathaniel Szewczyk, autor principal del estudio, asegura gran parte de los cambios biológicos que ocurren durante un vuelo espacial afectan a los astronautas y a los gusanos de una forma similar: "Hemos demostrado que los gusanos pueden crecer y reproducirse en el espacio durante un periodo de tiempo lo suficientemente largo como para llegar a otro planeta y monitorizar su estado de salud remotamente", asegura en una nota de prensa.
'C. elegans' fue el primer organismo multicelular del que se secuenció su genoma. Según señalan los investigadores que firman este estudio, muchos de sus 20.000 genes desempeñan las mismas funciones que los de los humanos. Por ejemplo, 2.000 genes están relacionados con las funciones musculares.
"Los gusanos nos permiten detectar cambios en el crecimiento, en el desarrollo, en su reproducción así como su respuesta a las condiciones que se dan en su entorno", explica Szewczyk.
Aunque con anterioridad a 2006 se habían realizado experimentos con gusanos en la ISS, se trata de las primeras observaciones del comportamiento reproductivo de 'Caenorhabditis elegans' en órbita terrestre de baja altura (LEO). La mayor parte de las misiones tripuladas llevadas a cabo hasta ahora, con la excepción de los vuelos de las naves 'Apollo' a la Luna, han sido en la órbita terrestre baja.
Los efectos de un viaje a Marte
En la actualidad, los esfuerzos están enfocados en preparar un viaje a Marte, un destino mucho más lejano que obligaría a los astronautas a permanecer casi dos años fuera de la Tierra. Uno de los principales retos antes de emprender una misión de esta envergadura (y que según el presidente de EEUU, Barack Obama, podría llevarse a cabo hacia 2035), es averiguar cómo proteger la salud de los astronautas de la altísima radiación y de la microgravedad a la que estarían expuestos.
A pesar de los obstáculos que hay que resolver, Nathaniel Szewczyk señala que un buen número de científicos cree que en el futuro será posible colonizar otros planetas: "Aunque parezca ciencia ficción, si la humanidad quiere evitar la extinción tenemos que buscar la manera de vivir en otros planetas. Afortunadamente, la mayor parte de las agencias espaciales mundiales están comprometidas con este objetivo común", señala el investigador.
En los próximos meses los científicos mostrarán más resultados de los experimentos con gusanos en la ISS. Por ejemplo, en breve publicarán un estudio sobre un mecanismo que permite que los músculos dañados puedan autorregenerarse.
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